Kaden Groves ofreció una exhibición en la vigésima etapa del Tour, cuyo final estuvo marcado por la caída de Iván Romeo. La penúltima jornada de … la ronda gala regaló uno de esos días para el recuerdo por su intensidad y por el inesperado desenlace. Groves, que llegó a la prueba como lanzador de Philipsen en las llegadas masivas, fue el más fuerte en un tramo final plagado de subidas y levantó los brazos en solitario en la meta de Pontarlier.
En una etapa de media montaña con condiciones meteorológicas infernales, el pelotón vivió una lucha sin cuartel por formar la escapada del día. Las primeras escaramuzas, con nombres como Wout van Aert, Julian Alaphilippe y Tobias Foss, no fructificaron. También lo intentaron Ion Izagirre y Alex Aranburu, pero no andan sobrados de fuerzas. Uno de los protagonistas fue Tim Wellens (UAE), que mostró un nivel altísimo y protagonizó varios intentos de corte, al igual que Raúl García Pierna (Arkéa) y Ben Healy (EF).
El primer gran movimiento llegó con un ataque conjunto de Jorgenson, Wellens y Costiou, al que se sumaron corredores de calidad como Trentin, Grégoire, Groves, Romeo, entre otros, para conformar una fuga de trece ciclistas. La escapada, que llegó a tener más de dos minutos de ventaja, se consolidó camino de la Côte de Thésy, una de las cotas más exigentes del día. El francés Jordan Jegat, undécimo en la general, puso en aprietos la dinámica del grupo por su posición en la clasificación, provocando tensiones dentro de la fuga mientras el equipo Jayco intentaba controlar desde atrás. A falta de 45 kilómetros, la carrera se fraccionó cuando Harry Sweeny se marchó en solitario, perseguido por un grupo en el que destacaban Groves, Grégoire y un combativo Iván Romeo, que luchaba por darle a Movistar una victoria.
Cuando todo apuntaba a un final emocionante entre los favoritos de la escapada, llegó el golpe más duro del día: Iván Romeo se fue violentamente al suelo en plena bajada mojada tras haber atacado en la subida de Longeville. Se estrelló contra un bordillo tras perder el control en el descenso, dejando atrás cualquier opción de victoria. Con Romeo fuera de juego, Kaden Groves aprovechó el desconcierto para marcharse en solitario sin necesidad de atacar. El grupo se miró entre sí, nadie reaccionó, y el australiano abrió hueco con una facilidad que sorprendió a sus compañeros de fuga. Así logró una victoria de enorme alcurnia para entrar en el club de los ganadores de etapa en las tres grandes tras las cosechadas en la Vuelta y el Giro. En cuanto a la clasificación general, no hubo movimiento alguno entre Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard, que llegaron juntos sin mostrar intenciones de batalla.