Gerard Deulofeu era una de las perlas de La Masía, pero su carrera, condicionada por las lesiones, no le permitieron triunfar ni en el Barça ni en el fútbol. Despuntó en el filial del club catalán, pero su rendimiento no fue el esperado y acabó saliendo. Pasó por Everton, Sevilla, Milan, Watford… hasta que hace tres años, militando en Udinese, se rompió el ligamento cruzado anterior en un partido contra la Sampdoria. Desde entonces no ha vuelto a jugar.
«Quizás sea la recuperación más difícil de la historia. Si logro volver, serán más de mil días. Pero soy una persona que se cuida y creo que puedo lograrlo. Si hay alguien capaz de hacerlo, soy yo», asegura el propio Deulofeu en una entrevista en The Guardian. Su camino hasta aquí no ha sido fácil: se operó en roma, pero en el proceso sufrió una infección que afectó el cartílago y redujo los movimientos de su rodilla a un contacto hueso contra hueso.
«No es una lesión común; en la vejez, la rodilla puede quedar completamente destrozada, y ahora me pasó porque la infección empeoraba cada vez más», añade.
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Udinese le rescindió el contrato este pasado enero, aunque siempre ha tenido el apoyo del conjunto italiano. «Me están esperando. Me están dando el tiempo y la pasión para recuperarme. Agradezco mucho que me hayan ayudado y me hayan dado la oportunidad de quedarme aquí, trabajando en este increíble estadio», asegura. De hecho, Gerard Deulofeu desvela que trabaja todas las mañanas con Ángel Aceña, el preparador físico del club.
El Riudarenes, de 31 años, reconoce estar orgulloso de su carrera. «Vengo de Barcelona: la gente lo ve y quizá diga que podría haber tenido más éxito, pero hay que valorar que ya jugué en el Barça, en el Milan, gané la Europa League con el Sevilla, jugué la Champions League, jugué con la selección nacional y marqué, llegué a la final de la FA Cup con el Watford. Claro que puede ser mejor, pero eso es solo un ‘quizás, quizás’. ¿Qué más puedo pedirle a mi carrera que todo esto?», dice en The Guardian.
También desvela que más de una vez piensa en la retirada, pero que su familia le apoya para seguir adelante. «Vine al estadio con mi hijo hace un par de semanas. Era muy pequeño la última vez que jugué. Vimos el partido y me preguntó: ‘¿Cuándo? ¿Cuándo vuelves?’. Lo estoy intentando, lo estoy intentando», cuenta. Ahora, Deulofeu puede ver cómo crecen sus hijos, algo imposible cuando estás en la rueda de entrenamientos y viajes. El futbolista, que lleva tres años sin jugar, no pierde la esperanza: «Me estoy preparando para volver a entrenar en unos meses y a ver si me siento bien. Si no, quizá tenga que tomar una decisión. Pero solo tengo 31 años y solo quiero intentarlo. Tengo tiempo, el club me lo está dando, así que no quiero ponerle fecha».