Lando Norris sorprendió con su confesión en la vísperas del Gran Premio de Estados Unidos. «Por supuesto, hubo conversaciones, era inevitable. El equipo me responsabilizó de lo sucedido (en Marina Bay), lo cual creo que es justo. A partir de ahí, avanzamos en comprender las repercusiones para mí y en evitar algo… digamos, definitivamente, evitar que sucediera algo peor de lo que hice».

El británico reconoció que el incidente en la salida de Singapur tiene o tendrá consecuencias en el futuro. No especificó el alcance de las mismas, si son condicionales a que se repita una situación parecida, de naturaleza económica o que puedan tener impacto en la lucha por el título. ¿Por qué Norris revelaría su situación? En principio, se trataría de un asunto interno tanto para el piloto como el equipo. Quién sabe si el británico lo hizo para cubrirse las espaldas en el futuro.

El incidente de Marina Bay fue uno de tantos en esos frenéticos momentos de tensión y adrenalina en una salida, donde no siempre es posible ejercer el control absoluto del monoplaza. Sin embargo, las palabras de Norris revelan hasta qué punto arriesga complicarse la vida en las próximas carreras con su aséptica política de equidad total. Max Verstappen se encargó de poner el dedo en la llaga.

El adelantamiento con toque de Norris a Piastri. (Florent Gooden/DPPI/AFP7) Un pecado a expurgar

Al terminar el pasado gran premio, Zak Brown calificó el incidente entre sus pilotos como hard racing, es decir, juego duro, pero sin pasar una barrera. Aunque en los despachos sí fue más allá. Norris no fue oficialmente sancionado (normal), ni tampoco el equipo pidió intercambio de posiciones en carrera, una decisión que hubiera resultado muy polémica después de Monza. Hard racing, pero menos.

«Creo que algo que siempre hemos hecho bien como equipo es usar y progresar con el marco que nos permite a ambos pilotos confiar los unos en los otros y en el equipo. Y esa es una de las razones principales por las que somos una escudería más fuerte que las demás», explicaba el británico, quien enmarcaba todo en un contexto constructivo y positivo.

«La regla es no chocar entre sí. Esto no fue un accidente, fue algo mucho menor, pero aun así no queremos llegar a ese punto porque provoca este tipo de problemas y eso nunca es bueno». Que dos pilotos que luchan por el título se toquen las ruedas forma parte del juego, siempre que no se exceda del reglamento. En McLaren, sin embargo, se ha convertido en un pecado a expurgar. «Así que queremos evitar algo como lo que tuvimos en Singapur. Creo que, al final, entendemos que esto es competición y es difícil ser siempre perfecto. No quería que pasara lo que pasó. Pero nunca voy a dejar pasar una oportunidad». ¿Entonces?

El marco establecido por todos

«Tuvimos una situación en la que hubo contacto entre nuestros coches, así que esto requirió una revisión según el marco que usamos para competir juntos como equipo, con Lando y Oscar», explica Andrea Stella, el responsable de McLaren. «Es un marco que Lando, Oscar y el equipo han establecido y, en última instancia, es mi responsabilidad y la de Zak asegurarnos de que se aplique de forma consistente durante la temporada».

«Las repercusiones o consecuencias forman parte de nuestro marco de trabajo«, afirma Stella al respecto en referencia a las palabras de Norris. «Esto es algo que ambos pilotos deseaban tener en el contexto de las carreras. Para mí, era parte de la revisión, discutir esto sin los pilotos. Han sido aceptadas y ahora estamos listos para centrarnos en maximizar el rendimiento del coche y encontrar de nuevo la senda del triunfo».

Norris también quiso restar trascendencia a esas papaya rules que rigen la etiqueta entre sus pilotos. «Mucha gente tiene otra opinión desde fuera pero, internamente, es bastante simple», explicaba el británico. «Uno cree que hay muchísimas reglas, pero no es así. Hay muy poco y es muy simple. A la gente le gusta hablar mucho de ello y sacarlo a relucir, pero son muy pocas cosas y creo que siempre las entendemos». Desde fuera, efectivamente, se entiende menos.

Porque el equipo británico también afronta la fiscalización de los medios y los aficionados, y sus intentos de asepsia amenazan con boicotear la esencia de la competición en su afán de controlar cada mínimo detalle. Si las reglas son no tocarse, ¿cómo van a evitar ese riesgo Piastri y Norris? ¿Poniendo el intermitente?

«Ellos mismos han creado esto»

Verstappen aportó el criterio carrerista en Austin y seguro que sonreiría al enterarse de la revelación de Norris tanto como ironizó por la radio en Monza cuando se enteró de que McLaren había pedido a Piastri dejar paso a Norris tras su lenta parada en boxes.

«Si dejas la puerta entreabierta como hizo Oscar en Singapur, podrías acabar en una situación así», explicaba el neerlandés con buen criterio. «Por otro lado, ellos mismos crearon esto al esforzarse tanto en igualar las cosas con ciertas acciones«, declaraba al respecto. «Un campeonato nunca es cien por ciento justo en ciertos momentos. A veces, hay una mala parada en boxes, a veces se rompe un motor…. Creo que no se puede equilibrar esto. En McLaren lo ven de otra manera, pero es mi opinión. Es muy difícil y eso es lo que a veces genera frustración».

El cuerpo a cuerpo entre Lando Norris y Oscar Piastri es inevitable según se acerque el final del campeonato y ambos tengan que defender su posición o atacar considerando la distancia que les separa en el Mundial. Si para uno de sus pilotos tendrá consecuencias tocar su rueda con el otro, ¿en qué quiere McLaren convertir las carreras y la lucha por un campeonato del mundo?

Lando Norris sorprendió con su confesión en la vísperas del Gran Premio de Estados Unidos. «Por supuesto, hubo conversaciones, era inevitable. El equipo me responsabilizó de lo sucedido (en Marina Bay), lo cual creo que es justo. A partir de ahí, avanzamos en comprender las repercusiones para mí y en evitar algo… digamos, definitivamente, evitar que sucediera algo peor de lo que hice».