Francia teme por la vida del más grande de sus iconos nacionales, Brigitte Bardot (91 años), ingresada desde hace tres semanas en un hospital privado, el Saint-Jean, en Toulon, en la frontera occidental de la Costa Azul.

Bardot es un icono … nacional comparable al general De Gaulle o la parisina Torre Eiffel. Su vida, «milagros», aventuras amorosas y compromisos han influido de manera significativa en la vida pública francesa desde hace varias décadas.

Según la prensa regional, BB fue hospitalizada el pasado 28 de septiembre, y sufrió «una hospitalización quirúrgica importante, para combatir una enfermedad grave». Las fuentes hospitalarias no desean matizar y precisar el alcance exacto de esa patología.

Oficialmente, BB debiera abandonar el hospital «los próximos días». Sin embargo, oficiosamente, todas las fuentes próximas al hospital se dicen «inquietas» por la salud de la antigua actriz, figura emblemática de la vida pública nacional. Inquietud que tiene proporciones nacionales.

Hace días que volvió a publicarse una nueva edición de sus legendarias memorias, tituladas ‘Mon BBcedario’, que comienzan con una proclamación de fe «libertaria»: «La libertad es ser una misma, incluso cuando se molesta». Libertad que ha podido «chocar» a los hombres y mujeres más «púdicos», escandalizados con frecuencia.

Desde su muy primera juventud, BB ha «molestado» en incontables ocasiones. Mientras duró su corta vida de actriz, Bardot cambió de amantes de distinta nacionalidad en bastantes ocasiones, planteando las grandes cuestiones de la vida íntima con la libertad más absoluta y escandalosa.

Aquella primera etapa de su vida terminó pronto. Bardot descubrió la cuestión nada baladí de la defensa de los animales, perseguidos o apaleados por el hombre. La antigua actriz se convirtió en una defensora intransigente de asnos y otros animales apaleados. Con ligeros matices, esa actividad muy personal ha durado hasta el fin. Ella la planteó al más alto nivel, denunciando el comportamiento de la clase política, gobiernos y jefes de Estado.

El último de sus matrimonios con un señor de extrema derecha le permitió decir horrores políticos con una «alegría» digna de mejor causa. Aquella etapa terminó difuminándose, perdida en el limbo de un pasado olvidable.

Bardot ha seguido fiel a sí misma, refugiada en su legendaria residencia de la Costa Azul, consagrada a matizar personalmente, su autobiografía, reescrita a mano, con bolígrafo. Su editor, Fayard, presenta la nueva edición revisada de ‘BBcedario’ de este modo: «Se trata de una inmersión en la personalidad de una mujer que ha marcado su época por su independencia, sus compromisos y su audacia». Amén.