Más de una semana después del anuncio de la sanción a Conor McGregor por saltarse varios controles antidopaje (que expira en marzo del año que viene), la cuestión sigue estando más al rojo vivo que nunca.

El último en añadir leña al fuego ha sido el exluchador Matt Brown, quien aseguró en la última edición del podcast Fighter vs Writer que “la UFC tiene el control del dopaje”, apuntando que la compañía de Dana White promotora “ejerce y mantiene un enorme control sobre cada aspecto del negocio”.

La sanción a The Notorious, de 24 meses (reducida posteriormente a 18), es la última de una lista de castigos que se han impuesto en las últimas décadas, sobre todo por parte de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA), con quien la UFC rompió relaciones a finales de 2023 cuando la autoridad no quiso dar un trato de favor a la gran estrella irlandesa. Desde entonces, la Agencia de Deportes de Combate Antidopaje (CSAD) se ha encargado de ejercer el control independiente de la política contra el dopaje de la UFC.

A raíz del nuevo caso entorno a McGregor y la sanción que convenientemente le permitiría reaparecer en la anhelada cartelera de la UFC en la Casa Blanca a mediados de julio, aprovechamos para repasar los castigos más duros de la historia por motivos similares o distintos, pero en todo momento relacionados con el uso de sustancias prohibidas dentro y fuera del octágono.

Ruslan Magomedov, tras una victoria en la UFC

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Ruslan Magomedov
Sanción de por vida

El daguestaní ha sido el primer atleta marcial mixto de la historia de UFC que recibe un castigo vitalicio. Suspender definitivamente a un luchador no es algo que ocurra con frecuencia, pero en su caso la sanción respondió a un cúmulo de infracciones, que incluían entre otras la negativa a someterse a tests.
La primera sanción le llegó en septiembre de 2016, casi un año después de su victoria contra Shawn Jordan en el que era su tercer combate en UFC. En febrero de 2018, se anunció que había recibido una suspensión de dos años un positivo en ostarina anterior; de forma adicional, pagó 10.000 dólares en costos de arbitraje.

Magomedov tenía programado enfrentarse a Marcos Rogério de Lima el 3 de noviembre de 2018 en el evento UFC 230, pero el 24 de octubre de 2018 se informó que se retiró debido a problemas con su visa, siendo reemplazado por Adam Wieczorek. En abril de 2019 recibió la prohibición de por vida tras la segunda y tercera violación de la política antidopaje. Dio positivo por dos esteroides anabólicos en octubre de 2018 y, posteriormente, en febrero de 2019 se negó a completar el proceso de recolección de muestras durante un control extraordinario.

Pese a todo, sigue compitiendo en promociones basadas en Rusia y Polonia.

Michel Prazeres, durante un pesaje de la UFC

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Michel Prazeres
Cuatro años de sanción

El brasileño, en este caso con una larga trayectoria en UFC, conoció la propuesta de sanción de USADA en diciembre de 2021, después que cuatro muestras de orina dieran positivo por varias sustancias prohibidas, incluyendo clomifeno y sus metabolitos, metabolitos de oxandrolona y testosterona o sus precursores.

Curiosamente, apenas 9 días antes había pedido su liberación a la compañía de Dana White. Se ponía punto final, pues, a una trayectoria de cerca de 8 años en el octágono y aunque el sudamericano pensó en retirarse, siguió los pasos de Magomedov y decidió alargar su carrera en empresas europeas, habiendo competido en Rusia y Serbia, principalmente.

T.J. Dillashaw, durante un combate en la UFC

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T. J. Dillashaw
Dos años de sanción

Más allá de McGregor, uno de los luchadores más conocidos que han recibido una sanción ejemplar ha sido el dos veces campeón de peso gallo, quien en 2019 anunció que dejaba vacante el cinturón (a pesar de haber cambiado al peso mosca) tras su derrota contra Henry Cejudo.

La USADA y la Comisión Atlética del Estado de Nueva York (NYSAC) detectaron “resultados adversos” tras su combate contra Henry Cejudo. Dillashaw recibió una suspensión de 12 meses por parte de la NYSAC, retroactiva al 19 de enero de 2019, fecha de su combate contra Cejudo.

El 9 de abril, se anunció que la USADA había suspendido a Dillashaw por dos años (una suspensión adicional a la impuesta por la NYSAC) debido a un positivo en la prueba de eritropoyetina humana recombinante (EPO) antes del mismo combate.

En enero de 2021, Dillashaw pudo regresar a la competición, pero no alargó su trayectoria en exceso, ya que únicamente competiría en dos ocasiones más.

Gilbert Melendez, durante un combate en la UFC

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Gilbert Melendez
Dos años de sanción

El Niño, dos veces campeón del peso ligero en Strikeforce, fue sancionado en verano de 2020, casi un año después de su último combate en UFC y varios meses después de ser despedido por la compañía.

USADA lo castigó por el uso de GHRP-6, una sustancia no especificada del tipo de hormonas peptídicas (que actúan en el sistema endocrino) y hormonas de crecimiento.

Este castigo fue la estocada final a la carrera del californiano, que nunca logró trasladar a UFC el dominio casi incontestable que ejerció en Strikeforce. Además, sus últimos 5 combates fueron derrotas (incluyendo un regreso al peso pluma).

Chad Mendes golpea a José Aldo durante un combate de la UFC

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Chad Mendes
Dos años de sanción

Otro de los habituales de la órbita titular (en su caso, del peso pluma en la época de esplendor de José Aldo) recibió la sanción de USADA en un periodo de no competición en 2016. La sustancia que se le detectó en el test fue del mismo tipo que a Melendez.

En su caso, fue de los que admitió su error, con un mensaje contundente en el que admitía que “no hice lo que debía y eso fue un gran error. Es mi responsabilidad y pagaré por ello”, aunque alegó ante los responsables del dopaje de los Estados Unidos que había usado una crema tópica para tratar su psoriasis.

Igual que Dillashaw, su postrera vuelta a UFC constó de dos combates, con una victoria contra Myles Jury y una contundente derrota contra Alexander Volkanovski, tras la que anunció su retirada.

Jesse Ronson, durante un Media Day de la UFC

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Jesse Ronson
20 meses de sanción

En verano de 2020, el canadiense recibió una sanción algo inferior a los 2 años tras una victoria por sumisión contra el danés Nicolas Dalby. De hecho, el resultado del combate se cambió a un nulo.

La agencia antidopaje le impuso al luchador de Londres (Ontorio) una suspensión de 22 meses por dar positivo por metandienona, por lo que estuvo alejado de los octágonos hasta la primavera de 2022

Ronson volvió a pelear en UFC tras cumplir su castigo, aunque los dos combates posteriores a la sanción se saldaron con sendas derrotas y, a la postre, con su salida de UFC.

Su andadura profesional tras despedirse de la empresa de White, sin embargo, es tremendamente exitosa, con 7 triunfos consecutivos repartidos entre promociones de MMA de su país y de bare knuckle (sin guantes).

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La peculiaridad del caso de McGregor ilustra que, sin duda, no es una locura pensar que el mito irlandés ha recibido cierto trato de favor a la hora de ver reducida su sanción, ya que claramente los estatutos establecen esa sanción mínima de 24 meses en la actualidad que no terminará de completar y hubiera impedido su presencia en la velada de la Casa Blanca que Donald Trump y Dana White organizan con esmeros estos días. Ambos ya han dejado caer que les encantaría y confían en poder contar con el mayor reclamo de la historia de las MMA mundiales, y parece que así será.

El mismo Brown lo dejaba bien claro a la hora de soltar su opinión: «¿Quién puede asegurar que no dejan a cierta gente doparse sin ni siquiera decir nada? Podrían estar haciéndolo y simplemente no decir ni pío», apuntaba quien también es leyenda de la promotora. «¿Pienso que lo están haciendo? Eso ni siquiera importa, es irrelevante. Si tienen el poder para hacerlo, eso es lo que importa», argumentaba en su crítica feroz con la sanción reducida a McGregor anunciada recientemente y el mensaje que envía a los luchadores que cumplen a rajatabla con sus obligaciones en términos de política antidopaje.