El cero energético que dejó a la Península Ibérica a oscuras el pasado 28 de abril está teniendo una repercusión directa sobre el precio de … la luz en España. Y es que en estos momentos, el recibo de la luz ha experimentado una subida del 14% en julio con respecto a hace un año y la deja como la mayor tarifa desde febrero, tomando como referencia a un usuario medio con la tarifa regulada -el denominado PVPC-. Es lo que revelan los datos de Facua-Consumidores en Acción, que cifran en 81,22 euros el recibo pagado por los españoles durante el séptimo mes del año.
Concretamente, se traduce en 9,95 euros por encima de los 71,27 de hace un año. En cuanto a la evolución mensual, el recibo ha subido un 2,3% (1,81 euros) con respecto a los 79,41 euros del pasado junio. No obstante, la factura es mucho menor que la registrada en 2022, por ejemplo, cuando el estallido del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania desencadenó en una crisis energética que situó el recibo de los consumidores españoles en 142,40 euros.
Con todo, el aumento de la factura que se ha registrado en julio se explica por la mayor inyección de gas para reforzar el sistema, en detrimento de la electricidad generada por fuentes renovables. Todo ello a raíz del apagón que expuso las vulnerabilidades del sistema y que ha obligado a doparlo con un mayor volumen de las fuentes de respaldo. El caso es que este aumento también ha sido condicionado por el encarecimiento de los carburantes respecto a julio de 2024 en plena operación salida.
De hecho, en los datos del IPC que el INE dio a conocer este mismo miércoles, que fijan la inflación en el 2,7% tras sufrir un alza de cuatro décimas respecto al mismo mes del ejercicio anterior, el instituto atribuye al alza del precio de la luz el aumento de la inflación como razón principal.
En estos momentos, según los datos del Operador del Mercado Ibérico de la Energía (OMIE), el precio de un MWh se sitúa en los 64,79 euros, un 0,5% más respecto a lo marcado en el día de ayer.