Antes de que el Planeta lo ganaran los Juan del Val y las Sonsoles Ónega, hubo un tiempo cada vez más lejano en que el millonario y más prestigioso premio literario del mundo de habla hispana lo ganaban escritores de la talla de Ana María Matute, Torcuato Luca de Tena, Ramón J. Sender, Juan Marsé, Manuel Vázquez Montalbán o Gonzalo Torrente Ballester.


El escritor Juan del Val posa con el premio Planeta

Lo ganaron también Mario Vargas Llosa y Camilo José Cela, aunque no, precisamente, con novelas sobresalientes. En el caso del Nobel de Iria Flavia, además, con la mancha del plagio.

En la historia del Planeta hay dos nombres que hicieron historia con el premio, a pesar de que ninguno de los dos lo ganó. Se trata de Miguel Delibes y Francisco Umbral.

Cuando el escándalo del plagio de La cruz de San Andrés, novela con la que Cela ganó el Planeta en 1994, Miguel Delibes se vio mezclado de forma involuntaria en el turbio asunto al revelar, en una carta enviada a los abogados de la perjudicada por el plagio, Carmen Formoso, que ese año le ofrecieron a él el premio, aunque lo rechazó.

Si bien afirma no tener ningún tipo de prueba del plagio, Delibes aseguraba que se le había ofrecido el premio en varias ocasiones: «Lara ha venido a Valladolid a ofrecerme el premio tratando de convencerme con el argumento de que todos saldríamos beneficiados: él, yo, el premio y la literatura», señalaba.

Delibes siempre lo rechazó y defendió que una maniobra de esa naturaleza perjudicaría a los escritores que están empezando y que aspiran a un premio como el Planeta para lanzar sus carreras.

El autor de Los santos inocentes ya se había visto mezclado en el asunto del Planeta anteriormente, en concreto, en 1985.

Ese año se presentó Francisco Umbral y, según dicen, tenía la certeza, por el motivo que fuese, de que lo iba a ganar. Pero no lo ganó. Su novela, Pío XII, la escolta mora y un general sin un ojo, quedó finalista, por detrás de Yo, el rey, novela hoy célebre de Juan Antonio Vallejo-Nágera, célebre psiquiatra pero literato principiante.

Aquella resolución se interpretó como una injusticia, y Delibes así se lo comunicó a Umbral en una carta recogida en la antología de la correspondencia entre ambos escritores publicada por Destino bajo el título La amistad de dos gigantes.

«Querido Paco», comienza la carta. «Anoche esperé con el corazón galopante el fallo del Planeta por TV, confiando en verte millonario de la noche a la mañana. Te dejaron a la puerta. Millonario, pero menos. En definitiva, al margen del acierto o desacierto del jurado, es un reconocimiento más de tu talento y por ello te felicito de corazón», decía en la misiva.

Una misiva que ya por sí misma habría hecho a su autor del Planeta que nunca quiso y del Nobel que nunca le llegó.