Beatriz Juez

Sábado, 18 de octubre 2025, 00:21

La East Side Gallery, la galería de arte al aire libre más larga del mundo, cumple 35 años. Con obras pintadas directamente sobre el Muro de Berlín, se inauguró el 28 de septiembre de 1990, unos días antes de la reunificación alemana. 118 artistas de 21 países convirtieron una franja de 1,3 kilómetros de la estructura que separó durante 28 años Berlín oriental de Berlín occidental en un colorido museo al aire libre que estos días está de celebración.

Fueron los artistas David Monty y Heike Stephan quienes tuvieron la idea de convertir el Muro «en la galería más grande del mundo», pero fue la galerista Christine MacLean quien coordinó el proyecto. Entre los creadores que tuvieron el privilegio de pintar en el muro en 1990 se encontraba el catalán Ignasi Blanch, el único artista español con una obra en la East Side Gallery.

Blanch, que por entonces tenía 26 años y vivía en Berlín, vio en un anuncio de prensa que buscaban artistas para pintar el muro. Presentó su proyecto ‘Parlo d’amor’ (Hablo de amor), un llamamiento para que todos tengan la libertad de elegir a quién amar. El título de su obra proviene de una serie de grabados que Blanch estaba realizando en esa época en la capital alemana.

El artista catalán se siente hoy orgulloso y «sobre todo muy agradecido» de que su obra fuera seleccionada para decorar una instalación llena de simbolismo. Pintar el muro de Berlín «no me cambió la vida, pero me la ha decorado bastante», señala Blanch. El pintor catalán no se imaginaba entonces que este proyecto, que en un principio iba a ser «efímero» y durar solo unas semanas, seguiría en pie 35 años después.

Dañadas por las inclemencias

Las obras de la East Side Gallery fueron realizadas en 1990 con pinturas inadecuadas y sin aplicar una capa de fondo sobre el hormigón, por lo que se vieron rápidamente dañadas por las inclemencias del tiempo, la suciedad y los grafitis. En 2009 se hizo una gran restauración para arreglar el muro y recuperar el estado original de sus famosos murales.

«Ahora lo que es curioso es que ni los propios artistas podemos tocar la obra. Es un monumento protegido y hay un equipo de restauradores que se encargan de hacer la restauración.    Hacen limpieza semanal de pinturas, grafitis y demás», cuenta Blanch.

Esta galería de arte al aire libre, situada entre la estación de tren Ostbahnhof y el puente Oberbaumbrück, es hoy símbolo de libertad artística y de la agitada historia de Berlín. La imagen de los berlineses derribando el muro marcó el fin de la Guerra Fría y supuso la victoria del deseo de libertad y esperanza sobre la opresión y la represión.

El aniversario de la inauguración de la East Side Gallery ha servido para el reencuentro en Berlín de algunos de los artistas que transformaron un trozo de muro en un enorme lienzo. «Fue muy emocionante. Todos los que estábamos ahí habíamos pintado el muro hace 35 años. Cada uno con su experiencia particular de haber vivido la caída del muro y lo que significaba», explica Blanch, que con algunos compañeros había coincidido en 1990 pintando el muro y a otros sólo los conocía a través de fotos y catálogos.

260 muertos

El Muro de Berlín es también testimonio histórico del régimen fronterizo inhumano de la Alemania comunista. Al menos 260 personas perdieron la vida en la frontera que dividía las dos Alemanias. Para muchos alemanes, su caída fue un acontecimiento alegre y lleno de esperanza. Otros se mostraban preocupados por su futuro incierto y los dramáticos cambios sociales que se estaban produciendo.

Entre los murales de la East Side Gallery más fotografiados se encuentra el ‘beso fraternal’ de Erich Honecker y Leonid Brézhnev, los dos antiguos jefes de Estado de la RDA y la Unión Soviética, obra del artista ruso Dmitry Vrubel.

Otro de los murales más llamativos es la imagen de un Trabant o ‘Trabi’, el coche más popular de la Alemania comunista, atravesando el Muro de Berlín, obra de la artista alemana del este Birgit Kinder. La East Side Gallery llegó hace 35 años para quedarse en Berlín.

Un enclave codiciado por las inmobiliarias y con millones de turistas

A lo largo de estos 35 años de historia, la East Side Gallery –una mezcla de galería de arte, atracción turística y monumento histórico– no ha estado exenta de polémica.    ¿Es un monumento al Muro de Berlín o un lugar de arte público? Su ubicación es un enclave muy apetecible para los promotores inmobiliarios. ¿Debería protegerse por su importancia histórica o demolerse para dar paso a nuevos edificios a lo largo del río?, debaten desde años los berlines. La antigua franja fronteriza ha sufrido muchos cambios desde la caída del muro en 1989. De tierra de nadie pasó a ser un laboratorio de artistas y campamento de caravanas, para convertirse en una atracción turística y desde hace unos años en zona de apartamentos de lujo con vistas al río Spree. La East Side Gallery, el tramo más largo y colorido que todavía se conserva del muro, continúa siendo un imán turístico, pese a los cambios, y cada año recibe cuatro millones de visitantes.

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