El Bada Huesca afronta este domingo una cita clave en el Palacio de los Deportes (18.00, Aragón Deporte y La Liga +). El conjunto oscense, último en la clasificación con dos puntos, recibe al Caserío Ciudad Real, recién ascendido y heredero de un club histórico. Más allá de lo que dictan los números, el duelo tiene aire de final anticipada: un rival directo en la lucha por la permanencia, que suma dos puntos más, un pabellón que espera empujar y una plantilla que busca transformar buenas sensaciones en victorias.
“Llegan partidos donde hay que ganar. Y este es uno de ellos”, subrayó el entrenador del Bada, José Nolasco, en la previa. “Si quieres dejar atrás a equipos como el Caserío, tienes que ganar sí o sí. No hay otra. Ellos ganarán partidos que tú no controles, así que los enfrentamientos directos hay que sacarlos”.
La principal novedad para los oscenses es el regreso de Óscar García, que ha recibido el alta médica tras su lesión. “Ha tenido pocos días para entrenar con el grupo, con lo cual no está en sus mejores niveles de adaptación al juego. Pero es uno más, y su experiencia es muy importante para nosotros”, destacó Nolasco.
El preparador reconoce que el equipo ha pasado por semanas de exigencia física y mental. “Estamos en ese proceso en el que algunos jugadores todavía se están adaptando a su rol. Por ejemplo, Ignacio Suárez, que ahora es nuestro central titular, está tomándole el pulso a lo que implica llevar el mando del equipo. Antes tenía menos presión, ahora el peso del juego pasa por él”, explicó.
El técnico considera que el equipo ha mostrado solidez en defensa y en portería, pero sigue faltando eficacia en ataque. “Llegamos a buenas situaciones, con lanzamientos claros, pero no somos suficientemente efectivos. Generamos ocasiones delante del portero y cometemos errores no forzados, y eso te obliga a trabajar el doble en defensa”, analizó.
Nolasco subrayó que esas “situaciones negativas” se traducen en parciales en contra, como los sufridos en la última jornada ante Bidasoa. “Tenemos ciertas desconexiones que vienen de errores encadenados. Yo siempre lo digo: nunca dos errores seguidos. Y a veces los tenemos. Si un portero encaja dos goles iguales, o un jugador falla dos veces seguidas, eso es falta de concentración. Tenemos que cortar eso”.
El entrenador insiste en que el equipo debe jugar “con cabeza fría” y aprender a gestionar los momentos de partido. “Estamos trabajando con simulaciones de marcador, para que los jugadores aprendan a manejar ventajas o desventajas mínimas sin precipitarse. A veces no miran el marcador ni el tiempo, y eso hay que corregirlo”, admitió.
La palabra que más repite Nolasco es “responsabilidad”. “Esa responsabilidad no desaparece nunca. No solo en los partidos, sino en cada entrenamiento. Hay que afrontarlo todo al cien por cien desde el segundo cero. Para mí, cada encuentro es una final, y así debemos prepararlo”.
El Caserío Ciudad Real llega al partido con la moral alta. Heredero espiritual del glorioso BM Ciudad Real, el club manchego ha renacido en los últimos años hasta recuperar un lugar en la élite. “Van a venir con toda la ilusión del mundo, como nos pasó a nosotros cuando debutamos en Asobal”, recordó Nolasco. “No verán una pista difícil, sino una oportunidad. Y eso los hace peligrosos”.
Para Nolasco, el partido se decidirá en una cuestión intangible: la energía. “Esto es una lucha de energías. Dependerá de quién esté más concentrado, quién tenga más intensidad y quién quiera más la victoria. Un segundo de distracción equivale a una acción favorable al rival. Por eso necesitamos máxima energía desde el inicio”.
El choque entre el colista y el antepenúltimo adquiere así tintes de final en octubre. Con una liga tan igualada, cada punto cuenta, y más aún ante un rival directo. “Este partido no es distinto de ningún otro, pero tiene un componente extra: son dos puntos que valen doble”, sentenció Nolasco.