Sábado, 18 de octubre 2025, 11:05
Este domingo no será un día cualquiera en el Palacio. Pablo Pin, el único entrenador en la historia del Covirán hasta este curso, se sentará de nuevo en el banquillo… rival. El entrenador ayudante de Paolo Galbiati en el Baskonia analiza sus primeras semanas en el club de Zurbano y su visión del que, sí lo admite, no deja de ser su equipo.
–¿Cómo está siendo su experiencia en un club de Euroliga como el Baskonia?
–¡Intensa! Creo que esa es la palabra. Juegas dos y hasta tres partido por semana. Viajes… apenas puedes hacer entrenamientos colectivos normales. Aquí sobre todo hay mucho vídeo, mucho ‘scouting’, para intentar enseñar y corregir a los jugadores a través de las imágenes. Todo va a un ritmo y una intensidad con la que no paras ni un día. Pero por otro lado, a quien le gusta el baloncesto… pues estoy encantado (sonríe). Tienes muchos medios, las instalaciones y el club están muy bien, el cuerpo técnico es gente de aquí y tienen gran sentimiento de pertenencia… Estoy muy a gusto, esa es la verdad.
–Intenso es un adjetivo perfecto para Paolo Galbiati, ¿no?
–Sí… Él es pura energía. La gente lo ve en la tele, pero él es así cada día, cada entrenamiento. Cada segundo transmite que todo el mundo vaya así, y creo que es algo positivo. Cuando tienes tantos partidos, tantos viajes, puedes tener la tentación de sentirte cansado, pero cuando tienes a una persona al lado que siempre está a tope, es algo que se transmite. Por ejemplo, creo que el otro día contra el Real Madrid, el que levanta al equipo es él.
–Transmite además mucha cercanía con los jugadores, casi como si fuera su colega.
–No diría tanto, pero cada uno tiene su forma de ser, y él es muy cercano. Exige mucho, pero a la vez se interesa mucho por el jugador. Y creo que el jugador nota que tiene un entrenador que se preocupa por él. Luego, claro, les ‘aprieta’, pero ellos entienden que lo hace porque es lo mejor para ellos. Establece una buena conexión con los jugadores.
–¿Cómo surgió su fichaje?
–¡Pues estaba en la Alpujarra jugando al pádel! (risas) Pensaba que me llamaban para preguntar por algún jugador… Estábamos ya en agosto. Pero me preguntaron cómo vería la opción de ser ayudante. Y un club con esta trayectoria, en la Euroliga, que a lo mejor lleva un par de años sin los resultados que acostumbraba pero que quiere volver al máximo nivel… Les pedí un momento para pensarlo, pero era algo que tenía pensado, tanto en casa como con mi agente: que si salía opción de ser ayudante en algún equipo de Euroliga, eso había que cogerlo. Así que la verdad es que fue muy fácil decidirme.
–¿Cómo está siendo vivir la Euroliga y enfrentarse a Zeljko Obradovic, por ejemplo?
–La verdad es que no me deja de ilusionar jugar contra gente como Ataman, Bartzokas, Obradovic o cualquier otro, porque el nivel es altísimo. Lo cierto es que en lo físico la competición es increíble. La velocidad a la que se juega… se va a otro ritmo. Los equipos físicos, como París, van de una forma alucinante. Y los que no son tan rápidos, como Olympiakos, no corren lo mismo, pero tienen una velocidad de lectura de juego magnífica. Así que es un aprendizaje continuo. De cada partido sacas una idea nueva. Eso era algo que me apetecía: poder ver el baloncesto desde otro prisma más analítico, que es el que suelen tener los ayudantes.
–La temporada no está siendo fácil. Por ejemplo, están teniendo muchos problemas físicos.
–Nuestro día a día es muy bueno, pero desde la pretemporada, entre los jugadores del Eurobasket y los lesionados, no hemos podido trabajar al 100%. Necesitas potencial físico profesional para poder trabajar a ese ritmo. Las lesiones trastocan. Por ejemplo, si alguien cae por seis meses, que Dios no lo quiera, pues sabes a qué atenerte. Pero cuando tienes cosas de diez o quince días, son lesiones que no hacen muchísimo daño global, pero afectan al día a día. Necesitamos tiempo: entrenador nuevo, cuerpo técnico nuevo, jugadores nuevos… muchos que ni siquiera conocen Europa, como Markquis Nowell o Mamadi Diakité. Eso requiere tiempo y nosotros estamos alternando minutos muy buenos de baloncesto con otros muy malos. Estamos intentando encontrar un poco más de regularidad, de consistencia.
–En ese ritmo frenético no hay tiempo para mirar atrás a las derrotas, pero al mismo tiempo la exigencia del club es muy grande… ¿Es más fácil llevar eso que en Granada?
–A ver, digamos que en los minutos justos posteriores al partido, la sensación es igual: si has perdido, estás jodido. Luego haces lo mismo: ves el partido, analizas con los jugadores… Pero sí que aquí no da tiempo a lamentarse nada, porque enseguida viene otro partido. El jueves nos levantamos jodidos por perder con París, pero en media hora ya estaba viendo al Partizan. Tu cabeza ya está en lo siguiente. Es importante aprender poco a poco y ser capaces de darle importancia a cada partido, sabiendo que hay más oportunidades, pero que hay que ganar partidos. No podemos pensar ‘bueno, el siguiente’. El siguiente hay que ganarlo.
–Meterse en la Copa del Rey parece un objetivo capital de este Baskonia. El de Granada es un partido importante para ello.
–Sí, sí. Tenemos claro que queremos estar en la Copa. Somos el Baskonia y tenemos que estar ahí, lo sabemos todos. Perdimos en Zaragoza, ganamos al Madrid y Granada va a ser un partido muy importante para ello. Es una semana complicada para nosotros por el doble partido de Euroliga y sabemos que va a ser muy duro, pero tenemos que ir a ganarlo.
–Forrest, Howard, Kurucs… Enfermería repleta.
–Es complicado, sí. No sabemos seguro si podrán estar, los médicos y los ‘fisios’ están trabajando con ellos, pero lo que sí tenemos claro es que, los que estén disponibles, deben saber que ganar en Granada no es fácil. ¡Ya me encargaré yo de explicárselo! También es cierto que el Covirán necesita ganar. Es un partido, tras dos de Euroliga, que requerirá la máxima exigencia y el que juegue lo tiene que tener claro.
–A nivel personal, ¿cómo será eso de llegar a Granada e irse a un hotel?
–(risas) ¡Lo bueno es que, como sé el camino, igual puedo coger el metro y escaparme un momento! Va a ser raro, lógicamente. Desde el 16 de agosto no he ido a la ciudad y quizá ya no vaya más hasta el verano porque en Navidad no paramos. Será especial, claro, yo sigo muy en contacto con Óscar (Fernádez-Arenas), Ramón (Díaz) o Arturo (Ruiz)… Voy a donde considero que es mi casa, al que considero que es mi club. No es donde trabajo pero sí es mi equipo. Va a ser especial, lógicamente.
–Dígame la verdad, ¿Habla un poco menos con Ramón esta semana?
–¡Qué va, hablamos mucho! Igual que yo veo todos los partidos del Covirán, muchos amigos me escriben tras ver los partidos del Baskonia… Hablamos de baloncesto, como siempre.
–El club le rendirá homenaje, ¿cómo se gestiona algo así justo antes de un partido?
–Bueno, yo intento normalizarlo. Creo que es algo bueno como club, que se agradezca a la gente que ha pasado por allí y ha dejado algo. Pasó con ‘Zamo’ hace dos semanas, lo hemos hecho en estos años con jugadores… Creo que algo bueno que tiene el club es que reconoce a la gente que pasa por él. Hay que normalizarlo: yo soy una persona fría en ese sentido. Lógicamente, al principio quizá me descolocará un poco, pero luego hay trabajo que hacer… ¡Estaré concentrado!
–¿Qué espera del partido y cómo está viendo al Covirán en el arranque liguero?
–Los dos equipos necesitamos tiempo. Nosotros tenemos jugadores que conocen la Liga, ellos también. La propuesta de jugar rápido creo que es buena. Si realmente lo pensamos, en Granada salvo el año pasado ya lo hacíamos los dos primeros años en Liga Endesa. Es la propuesta válida para un equipo de la zona de abajo, pero como todo en el mundo, eso requiere tiempo, porque la Liga ya no es la pretemporada, no es lo mismo y han de encontrar piezas, adaptarse al nivel físico de la Liga o sus arbitrajes… Eso requiere tiempo.
–¿A Ramón Díaz cómo le está viendo en sus primeros días al frente del Covirán?
–Bien, yo creo que, a pesar de estar tanto tiempo fuera, ha seguido mucho el baloncesto de aquí. Venía a vernos cada vez que podía, por ejemplo. Conoce bien dónde está compitiendo, pero necesita ese tiempo para desarrollar sus ideas. El club lleva muchos años con un método de trabajo distinto, con algunas ideas parecidas en el estilo de juego pero un método distinto. Necesita paciencia y confianza para poner sus ideas dentro del club.
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