Es uno de los técnicos más laureados y reconocidos en el mundo del balonmano femenino y uno de los mejores extremos que ha tenido nuestro deporte. Pero este domingo Ambros Martín (Lanzarote, 1968) vivirá uno de sus partidos más complicados en su dilatada carrera. La cita será el encuentro que disputarán las ‘Guerreras’ ante Israel en Brastislava (Eslovaquia), correspondiente a la segunda jornada de la fase de clasificación para el Europeo 2026. 

Un compromiso, a priori el menos exigente para la selección española de su grupo, cuyo contexto extradeportivo centra inexorablemente este choque. No sólo porque se celebrará en una pista neutral dada la situación bélica de Israel en territorio palestino, aún candente a pesar del acuerdo de paz del entre el primero con Hamás.Y es que los recientes choques internacionales en otros deportes con el combinado israelí como protagonista han estado marcados por las protestas en la calle en contra del estado sionista por su matanza en Gaza. 

Salvo hecatombe, las ‘Guerreras’ deberían sumar de manera holgada su segunda victoria de su cuadro tras el claro triunfo contra Grecia en Puerto Sagunto del pasado jueves. Sin dudas, la mayor dificultad del partido frente a Israel radica en el aspecto psicológico para un equipo plagado de juventud. Por este motivo, Ambros Martín ha tenido que llevar a a cabo una mentalización de sus pupilas para centrarse en lo meramente deportivo. 

‘Obligadas’ a jugar contra su voluntad

«Somos deportistas, pero también personas. Vemos lo que está pasando, como personas civilizadas en un país como el que vivimos, y así es difícil abstraerte de esta situación», explica Ambros para MARCA, indignado por la masacre sufrida en Gaza. «No se puede entender cómo se permite lo que está sucediendo. Vamos a competir porque estamos obligados a ello. De lo contrario, recibiríamos una penalización. Va a ser difícil jugar contra un país que no respeta ningún tipo de derecho humano, como a la vida, el más importante», añade resignado el seleccionador.

Va a ser difícil jugar contra un país que no respeta ningún tipo de derecho humano, como a la vida, el más importante

Ambros Martín, seleccionador español femenino

Un combinado español que tendrá que tirar de profesionalidad para dejar de un lado lo extradeportivo para centrarse en el partido ante Israel, un rival muy inferior. Doble esfuerzo mental para un equipo muy joven. «Entiendo que las jugadoras de Israel no tienen mucho que ver, pero sí al país que representan. Va a ser difícil, porque mis jugadoras sienten lo mismo que yo. Es una situación que si por nosotros fuera, no jugaríamos este encuentro. Pero somos profesionales y debemos abstraernos, aunque cueste hacerlo. Vamos a tratar de hacer lo que sabemos, que es jugar al balonmano», adelanta el preparador canario.

El técnico del combinado nacional español femenino, Ambros Martín.

El técnico del combinado nacional español femenino, Ambros Martín.RFEBM

Para buscar la clasificación para el campeonato de Europa del próximo año y para preparar el Mundial 2025, Ambros está contando con un nutrido grupo de jugadoras, rotando mucho a sus integrantes para cada convocatoria en las diferentes concentraciones o compromisos internacionales. Ante el equipo israelí, solo se producirá un cambio respecto al partido frente a Grecia. Se trata de la extremo izquierdo Ona Vegué, llamada a filas de urgencia tras la lesión muscular de su compañera de puesto Jennifer Gutiérrez.

Es una situación que si por nosotros fuera, no jugaríamos este encuentro. Pero somos profesionales y debemos abstraernos. Vamos a tratar de hacer lo que sabemos, que es jugar al balonmano

Ambros Martín, tecnico de las ‘Guerreras’

«Entre treinta o cuarenta jugadoras pueden venir convocadas, dependiendo de su momento de forma y estado físico. Hay una competencia sana que estimula a cada internacional en las distintas posiciones, algo que les hace que mejorar, también a nivel colectivo», explica el técnico español, que sufrirá un quebradero de cabeza cuando tenga que dar la lista definitiva para el inminente Mundial. «Como entrenador, esto me provoca un dilema a la hora de elegir a las jugadoras para disputar un gran campeonato. La lista es amplia, así que la decisión va a ser complicada» añade.

Paciencia con el cambio generacional

Un triunfo ante Israel significará acercarse un poco más al objetivo de estar en el Europeo 2026 en un grupo donde Austria parece ser el único adversario capaz de exigir a nivel competitivo a las ‘Guerreras’. Pero dada su cercanía, es inevitable no mirar al Mundial que se celebrará del 26 al 14 de diciembre en Alemania y Países Bajos. Los decepcionantes resultados en el pasado campeonato de Europa (13º) y del Mundo (13º), y también en los Juegos Olímpicos 2024 (12º),exigen cierta mejora en el próximo torneo internacional con una plantilla en pleno cambio generacional. 

Con Ambros Martín como encargado de esta enorme responsabilidad desde que llegó al banquillo español en mayo de 2023, las ‘Guerreras’ trabajan por volver a estar en la primera fila del balonmano femenino. Una tarea nada sencilla con un plantel que sigue ganando peso competitivo dada su lozanía imperante. «Tanto las jóvenes, que juegan en España, como las que lo hacen en el extranjero, todas están bastante comprometidas con los objetivos marcados. Después de los JJ.OO. de París, decidimos pensar a medio-largo plazo, con jugadoras con poca experiencia con otras que sí y que aún quieran aportar cosas a este deporte», diserta el seleccionador. 

No no deben pedir medallas, porque eso a día de hoy es una utopía. Pero sí que nos exijan lucha y mejoría

Ambros Martín, técnico del combinado español femenino

La comparación con la época dorada de las ‘Guerreras’ sería injunta para las integrantes del actual combinado nacional. Esa generación parece a día de hoy irrepetible, a nivel de calidad y éxitos. Por lo tanto, toca ser conscientes que la exigencia no puede ser la misma. «No no deben pedir medallas, porque eso a día de hoy es una utopía. Pero sí que nos exijan lucha y mejoría. Si llegamos a estar entre los ocho primeros en los próximos campeonatos, nos gustaría mantenernos y estar siempre con aspiraciones para que las internacionales venideras tengan la ocasión de participar y que no exista un vacío entre las distintas generaciones», finaliza Ambros Martín, un tipo íntegro y fiel a sus valores.