18/10/2025


Actualizado a las 22:47h.

Partido de luces y sombras de Hansi Flick. El técnico germano fue determinante al acertar con su decisión de dar entrada a Ronald Araujo como delantero centro en los últimos diez minutos, emulando a Johan Cruyff cuando colocaba a Alexanko para tratar de … rescatar algún remate de cabeza. Pero también perdió los papeles en los instantes finales dejando una sonrojante imagen que posteriormente quiso maquillar amparado en las altas pulsaciones y en la emoción que genera el fútbol. Primero fue expulsado al ver dos amarillas en menos de un minuto por protestar ostensiblemente a Gil Manzano. Y poco después celebró con tres palmarios cortes de manga el tanto de Araujo. Le cazaron las cámaras de televisión porque, contraviniendo el reglamento, no se había retirado a los vestuarios o a un lugar designado fuera del campo de juego. El técnico no podía ir a la grada ni comunicarse con su equipo ni estar donde estaba. Curiosamente, el acta no recoge este hecho, ni sus cortes de manga.

«El fútbol es emoción», se justificó Flick al final del partido. «No iba dirigido a nadie», aseguró. «Fútbol son emociones. Para mí era fantástico hacer el segundo gol. No lo hice por nadie ni lo hice por nada. Es la tensión. No iba dirigido a nadie», abundó el germano, lejos de disculparse ante la imagen ofrecida. La expulsión le impedirá sentarse el próximo domingo en el banquillo del Santiago Bernabéu en el clásico ante el Real Madrid.

Flick si se mostró crítico con la actuación de su equipo durante algunas fases del partido. «Creamos muchas ocasiones pero si somos honestos, el Girona generó mucho en la primera parte», explicó antes de justificar las sustituciones de Pedri y de Lamine Yamal: «Los próximos partidos son muy importantes para nosotros y les necesitamos frescos». El técnico celebró su acierto con la entrada de Araujo como delantero: «Puede jugar en esa posición en determinados momentos. Le pregunté antes de salir si podía jugar ahí y me dijo que sí».

Precisamente, el uruguayo desveló lo que sucedió mientras estaba calentando: «Todo el mundo sabe que antes jugaba de delantero. Cuando me preguntó el mister no dudé. Cuando llegué al banquillo les dije a mis compañeros que si entraba metía gol. Se rieron, ahora me lo recuerdan».

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