No es la primera vez que Van Schip desafía las normas con la bicicleta

Jan-Willem van Schip, neerlandés de 31 años del equipo continental Parkhotel Valkenburg, quizás no destaque por sus victorias, pero sí por jugar al límite con la UCI y sus reglas técnicas.

Este miércoles sumó la tercera descalificación de su carrera en la primera etapa del Tour de Holanda, una carrera de final de temporada que, admito, nos pilla un poco a contrapié.

La situación fue paradójica: el jurado local dio el “ok” a su bicicleta, pero un llamado desde Suiza ordenó su expulsión.

CCMM Valenciana

El motivo oficial fue una tija de sillín “ilegal”, un tubo que une el sillín con el cuadro y que en el caso de Van Schip se curva hacia adelante, desplazando el sillín en posición más delantera y agresiva, cercana a la de una bici de contrarreloj.

La fuga del ciclista fue captada por las cámaras, y pese a la atención mediática, no fue su manillar estrecho, también inusual, lo que provocó la sanción.

El equipo apeló, mostrando documentación que acredita que la tija ha sido usada por Van Schip durante años y registrada ante la UCI.

Paul Tabak, mánager del equipo, aseguró que la decisión no la tomaron los comisarios sobre el terreno, sino desde la sede en Suiza, y subrayó que no hay prohibición explícita sobre la orientación de la tija en el reglamento.

No es la primera vez que Van Schip desafía las normas con la bicicleta: en 2024 fue descalificado del Heistse Pijl por un manillar antirreglamentario y en 2021 en el Tour de Bélgica. I

ncluso en pista ha tenido polémicas, como en la final de Madison de los Juegos Olímpicos de 2024, donde fue expulsado tras un golpe a su rival británico Ollie Wood.

Su obsesión por los setups extremos parece destinada a mejorar aerodinámica y posición sobre la bicicleta, aunque, según la UCI, también afecta el centro de gravedad y aumenta riesgos.

Van Schip encarna la tensión entre innovación y normativa, entre creatividad y reglamento.

Su bicicleta es laboratorio, su carrera un ensayo de audacia, y sus problemas con la UCI, una muestra de cómo el ciclismo moderno, técnico y reglamentado, siempre encuentra a alguien dispuesto a mirar los límites… y cruzarlos.

Mientras la apelación sigue, él sigue pedaleando, provocando debate y fascinación, recordando que, en este deporte, no solo ganan los más fuertes, sino también los que se atreven a desafiar las reglas.