Javier Hernández

Domingo, 19 de octubre 2025, 06:15

El sorpresivo anuncio de retirada de Morante de la Puebla —considerado por muchos como el mejor torero de la historia— ha visibilizado la grave patología mental que —así lo confesó el propio torero hace meses— le ha obligado a abandonar el toreo en el mejor momento de su carrera.

Morante de la Puebla está diagnosticado de trastorno disociativo, que incluso le llevó a pensar en la muerte como «solución».

Los expertos aseguran que se trata de una enfermedad grave, muy compleja de tratar, pero «afortunadamente poco habitual».

El responsable de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Salamanca, Ángel Luis Montejo, detalla que «es una patología que tiene que ver con cuadros de pérdida del sentido de la identidad. La gente que tiene este cuadro puede parecer como si no fueran ellos mismos, porque pierden la idea de sí mismos. También pueden perder la memoria, y lo llamamos amnesia global transitoria».

¿Cómo se produce esta enfermedad? ¿Por qué alguien desarrolla un trastorno disociativo? Montejo afirma que tiene una relación directa con situaciones traumáticas y estresantes, como puede ser el toreo, pero también otras circunstancias: «Se ve mucho en personas que han sufrido estrés agudo y crónico: gente que ha estado en guerras, que ha sufrido la muerte de un ser cercano, que ha sufrido un accidente de tráfico… ¿Torear puede ser suficiente para que suceda esto? Posiblemente», apunta el psiquiatra.

«Las personas con este trastorno también sufren fugas disociativas. Esto significa que un día desaparecen de su casa, andan por ahí funcionando de manera autónoma, regresan a casa y no recuerdan ni saben qué han estado haciendo durante todo ese tiempo. Es como una reacción defensiva del organismo ante conflictos estresantes muy intensos. Tu mente quiere desaparecer y puede hacerlo de varias maneras: perdiendo transitoriamente la memoria o empezando a funcionar de manera autónoma, de manera que tus piernas y tu cuerpo se mueven, pero tu mente está desconectada».

Los especialistas coinciden en que este tipo de cuadros tiene difícil cura porque «en muchas ocasiones va asociado a rasgos previos de personalidad». Dentro de la baja incidencia de esta enfermedad, abundan los casos que se manifiestan en personas que sufrieron violaciones o abusos sexuales repetidos en la infancia. «El trauma te lleva a reaccionar como si no estuvieras en el mundo. Un día parece que estás normal, pero de repente se meten en la habitación y no salen de la cama durante semanas, y no recuerdan nada de lo que ha pasado. Realmente no son conscientes de lo que les está pasando en ese momento, porque entran en una especie de estado vegetativo en situación basal».

«También hay casos en Salamanca, pero afortunadamente la incidencia es bajísima»

El psiquiatra salmantino Ángel Luis Montejo asegura que «por fortuna, la incidencia en Salamanca es muy baja», pero confirma que sí se reciben este tipo de cuadros en el Complejo Asistencial. «El más frecuente es el de la amnesia disociativa, sobre todo en situaciones de muertes y entierros. Por ejemplo, una persona que ha citado a la familia para el funeral de un ser querido muy cercano, de repente le pregunta al resto de personas: ‘¿Dónde estamos? ¿Quién se ha muerto?’. Son situaciones que asustan mucho a quienes están alrededor, que no entienden lo que está sucediendo y que encienden las alarmas, aunque se trate de una amnesia global transitoria, que perdura solo durante un tiempo», concluye el especialista. Según las estadísticas, esta enfermedad la sufren solo cinco de cada 10.000 personas y, aunque la prevención es complicada, sí es importante la detección temprana para afrontarla lo antes posible.

Un problema difícil de tratar:fármacos, terapia y electroshock

Según publicaron medios especializados, Morante de la Puebla ya había recibido terapia a base de electroshock para tratar su problema, pero no existe un tratamiento estandarizado. El doctor Montejo apunta que «depende de lo que haga cada paciente con este trastorno. En algunos casos puede ser un cuadro psicótico, en el que parece que están en otro mundo. Lo habitual es tratar al paciente con antipsicóticos y ansiolíticos, y, por supuesto, también con psicoterapia».

Reporta un error