La Cena, estrenada este 17 de octubre en cines, es la nueva película dirigida por Manuel Gómez Pereira y protagonizada por Mario Casas. Basada en un texto de José Luis Alonso de Santos, la película arranca con una premisa tan absurda como real: preparar en horas una cena para Franco y sus generales, en el recién convertido Hotel Palace, aún lleno de heridos.

Una comedia que nace del dolor

«La comedia tiene mucho de eso, de sufrir», asegura el director en una entrevista para esCine, de esRadio. Manuel Gómez Pereira tenía claro desde el principio que La Cena no sería una película más sobre la Guerra Civil: «Desde la comedia quizá menos, ¿no? O sea, que tampoco se han hecho tantas«.

«Hay una distancia», explica el director, «y eso nos permite mirarnos a nosotros mismos… no frivolizando, pero sí analizando». A través del humor, la película invita a pensar: «Seamos capaces de hacer una sátira de una situación y de un personaje como en este caso fue Franco«. El resultado, asegura, no es una mirada polarizada, sino humana: «Lo divertido de la historia es que no son radicalmente opuestos… están en una situación en la que de pronto les ha tocado vivir».

Un personaje al borde del colapso

«Es una pared de frontón constante». Así define Mario Casas a Medina, su personaje en la película. Un teniente de intendencia que, sin vocación bélica, debe enfrentarse a lo imposible: limpiar un hospital, montar un banquete y gestionar un equipo de prisioneros republicanos… todo en pocas horas. «Tiene una carga emocional que está constantemente a punto de estallar«, señala Casas.

El actor valora que la comedia surja «desde el sufrimiento»: «Ahí aparecen las risas, esas que te congelan, que te hacen pensar por qué y de qué te estás riendo». Lo que más le atrajo del guion fue precisamente eso: «Una peli humana… da igual del bando que seas, tienes que juntar para llegar a un objetivo de vida o muerte. El pueblo es quien saca los platos sucios, de alguna manera».

Una sátira antibélica sin fanatismos

«Es una peli antibélica», afirma Casas. Y subraya que su personaje, como muchos otros, lo que desea es que todo termine: «Basta ya la guerra. ¿Y la paz qué?«. Gómez Pereira coincide: «Hay generaciones que afortunadamente no la han vivido, pero tienen que saber cuáles fueron las consecuencias».

La película retrata a dos personajes, Medina y Genaro, obligados a convivir más allá de sus ideologías: «Lo que le gustaría a él es ser fotógrafo, porque tiene una sensibilidad completamente distinta… está lo más lejos de pegar un tiro». La historia apuesta por la complejidad y no por los extremos, y eso, según su director, es lo que permite conectar con el espectador: «Cada uno de los personajes conecta de una manera distinta… eso da mucha riqueza».

El equilibrio exacto de la comedia

«Hacer comedia es asumir riesgo, pero también medir», sentencia Gómez Pereira. En La Cena, nada queda al azar: «La comedia tiene mucho de laboratorio«. Casas coincide: «Está en esos lugares donde uno dice: si me paso, sobreactúo; si no llego, me quedo corto». Confiesa que le cuesta verse: «Te sale el ego, te salen los monstruos… pero cuando me olvidaba de mí, me entretenía».


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El director subraya la precisión del guion y el trabajo coral del reparto: «Cada personaje tiene su momento… era fundamental que ninguno desafinase». Y añade que el éxito de la película dependerá de algo esencial: «Si el público entra, yo tengo la sensación de que eso sucede… y eso es lo fundamental».

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