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La Sagrada Família ha alcanzado este jueves, 31 de julio, los 155,58 metros de altura, superando por primera vez a la Torre Mapfre y al Hotel Arts, ambos de 154 metros, y convirtiéndose así en el edificio más alto de la trama urbana de Barcelona.
Este nuevo hito en la construcción del templo diseñado por Antoni Gaudí supone un cambio en el skyline de la capital catalana, que no vivía un cambio en el récord de altura de alguno de sus edificios desde los Juegos Olímpicos de 1992.
Camino a los 172,5 metros
El templo todavía no ha alcanzado su altura final. El proyecto prevé que la torre central de Jesucristo, actualmente en construcción, llegue a los 172,5 metros una vez coronada por una gran cruz de cuatro brazos.
Esta torre será el punto culminante del conjunto arquitectónico y marcará el récord mundial como la iglesia más alta del mundo, superando a la catedral de Ulm (Alemania), que mide 162 metros.
La Sagrada Família en una imagen de archivo
GALA ESPÍN
Barcelona
El diseño original de Gaudí, fiel a su visión de que ninguna obra humana debía superar la creación divina, ha mantenido una altura inferior a los 177,72 metros de la montaña de Montjuïc. Esta decisión simbólica rinde homenaje al entorno natural de la ciudad y a los principios espirituales que inspiraron la obra del arquitecto catalán.
La cruz de Jesucristo, próxima etapa
Durante las últimas semanas, la Sagrada Família ha recibido las primeras piezas que formarán parte de la cruz de la Torre de Jesucristo, incluyendo los elementos del brazo inferior.
Estos componentes se están montando actualmente desde una altura de 54 metros, y una vez finalizados los trabajos de ensamblaje, se colocará la cruz completa en la cima de la torre.
Está previsto que el mirador situado dentro de la cruz se abra al público en 2027, ofreciendo unas vistas únicas de Barcelona y convirtiéndose en uno de los grandes atractivos turísticos y arquitectónicos de la ciudad.
Basílica de la Sagrada Família
LUIS MIGUEL AÑÓN
Barcelona
Un templo único en el mundo
La Sagrada Família no solo será la iglesia más alta del planeta, sino también una de las más singulares por su fusión de arte, espiritualidad e innovación arquitectónica.
Su silueta ya domina el perfil de Barcelona, y su culminación prevista para 2026 coincidirá con un momento de gran simbolismo: el centenario de la muerte de Antoni Gaudí.
Este avance refuerza también la candidatura del arquitecto a ser beatificado, proceso que dio un paso adelante recientemente cuando el papa Francisco lo declaró “venerable”, uno de los títulos eclesiásticos previos a la santidad.