Stella Banderas y Alex Gruszynski se han casado este sábado en la Abadía Retuerta de Valladolid, un monasterio del siglo XII reconvertido en hotel y bodega de lujo. Un bonito refugio que la hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith ha escogido (y llenado de velas que han contribuido a dar calidez e intimidad a la celebración) como el escenario perfecto para su boda con su novio de la infancia. El lugar escogido por la pareja reúne la belleza, la historia, la tranquilidad y la privacidad que buscaban para este día: una boda blindada en la que no se han permitido los teléfonos móviles y de la que, por ahora, no ha trascendido ninguna imagen. Stella Banderas ha reunido nuevamente, esta vez en tierras castellanas, a sus padres, en esa fusión Hollywood-Málaga (y ahora también Valladolid) que ha marcado su vida, y que se ha dado cita y reflejado en esta boda de distintas maneras.

Antonio Banderas ha ejercido de padrino llevando a su hija al altar. Aunque no la hemos podido ver vestida de novia, Stella habrá brillado con la elección de su look nupcial acorde con su estilo sofisticado, romántico y discreto. En este emotivo momento protagonizado por Antonio y Stella, un padre y una hija especialmente unidos, ha sonado, según ha revelado ¡Hola!, una canción compuesta por el tío abuelo de Stella que nunca se había interpretado hasta este día, y que han tocado los guitarristas del Teatro del Soho, el proyecto de Banderas en su querida Málaga en el que ha trabajado también Stella. Así ha comenzado la ceremonia oficiada por el actor Blake Lee en la que Stella y Alex Gruszynski se han prometido amor que ha concluido también con música, con la romántica Here, There and Everywhere, de The Beatles.

Melanie Griffith se habrá emocionado al ver a su hija feliz en un día tan especial para todos, arropada por otros de sus hijos y hermanos de Stella como Dakota Johnson, Jesse Johnson y Alexander Bauer, además de la abuela de la novia, la legendaria actriz Tippi Hedren.

La boda no ha sido una gran celebración, ha contado con unos 200 invitados. Algunos han llegado en avión privado al escenario de la boda logrando así esquivar las cámaras que esperaban en la entrada captar alguna imagen. Solo han conseguido una, aunque entrañable: tras la ceremonia, Antonio Banderas ha salido a brindar con la prensa que trataba de conseguir una foto de la boda de su hija y su pareja. Feliz, ha contado que “ha sido muy bonito, muy emocionante. Estamos muy contentos”. No ha evitado reconocer que se han escapado “muchas lagrimillas” entre los presentes.

Como ha adelantado la misma revista, entre los escogidos invitados figuran las hijas de Barack y Michelle Obama, Malia y Sasha Obama, que han viajado desde Los Ángeles a Valladolid para acompañar a Stella.

Los novios les han agasajado con una celebración que ha tenido muy presentes las raíces andaluzas de Stella Banderas, nacida en Marbella. Primero, un cóctel servido al aire libre con productos muy españoles como croquetas, queso, jamón y paella. Después, el responsable del restaurante del hotel, Marc Segarra al frente de Refectorio, con una estrella Michelin, ha diseñado un menú que, según la misma publicación, ha comenzado con un ravioli de coquelet, ha seguido con bogavante lacado y ha concluido con un milhojas de solomillo. Un coulant con toffe y sopa de chocolate blanco ha endulzado los selectos paladares sin que haya faltado la tarta, una original propuesta elaborada con nutella y frambuesas. Y todo, regado con los mejores caldos de la bodega Le Domaine.

Stella y Alex comienzan así, en familia y con la unión de dos culturas, una nueva etapa en su vida. Se conocieron cuando eran niños. Comenzaron a salir en 2015, pero rompieron cuatro años después. Volvieron a darse una nueva oportunidad y vieron que estaban hechos el uno para el otro. Comparten su idea de una vida discreta alejada en lo posible de los focos y su pasión por el cine, aunque detrás de las cámaras. Como han querido que sea su boda: un cuento contado por ellos mismos.