Un enjambre de terremotos en la costa del sur de Tenerife mantiene en alerta a los vulcanólogos. La sucesión de seísmos comenzó el pasado jueves 16 de octubre en puntos situados en el mar muy cerca del litoral de los municipios de Fasnia, Arico y San Miguel de Abona.

Hasta el mediodía de este domingo 19 de octubre ya se han registrado 30 terremotos, de los que uno ha sido sentido por la población. Son los que aparecen en la web del Instituto Geográfico Nacional (IGN), que dirige la vigilancia volcánica en Canarias. No obstante, en esta serie hay más temblores que no han quedado registrados por su baja magnitud.

Sentido por la población

El mayor se localizó este sábado a las 20:17 horas y que tuvo una magnitud de 3,4, superior al resto de esta serie. Fue sentido por vecinos en zonas de La Orotava, La Laguna y Los Realejos. Según ha informado el Instituto Geográfico Nacional, el epicentro de este temblor de 3,4 se situó a 29 kilómetros bajo el nivel del mar. De esta treintena de terremotos en la misma zona, solo dos más superaron la magnitud de 2: uno apenas tres horas después del sentido por la población, de 2,6, y otro registrado el pasado viernes 17 de 2,3.

El último seísmo de este enjambre se produjo a las cinco de la madrugada de este domingo, también frente a la costa del municipio de Fasnia, a 24 kilómetros de profundidad bajo el nivel del mar.

El IGN ha informado en sus redes sociales que está realizando un seguimiento a esta actividad y ha precisado que su origen es «volcanotectónico«. Es un tipo de terremoto causado por la fractura de rocas en la corteza terrestre debido a la presión interna generada por el magma y los gases volcánicos.

Origen volcanotectónico

Este tipo de sismo se distingue de los puramente tectónicos por estar directamente relacionado con los procesos volcánicos, como el ascenso del magma, que provoca esfuerzos en las rocas circundantes y puede llevar a su ruptura

Según ha detallado a EFE el director del IGN en Canarias, Itahiza Domínguez, se trata de terremotos «muy pequeños y muy dispersos» y que son «eventos volcanotectónicos», a diferencia de los de largo periodo que suelen estar relacionados con fluidos, como algunos de los registrados bajo el Teide.

Ithaiza Domínguez recalca que este evento frente a la costa de Fasnia «no es preocupante» ni implica una intrusión magmática en el subsuelo de Tenerife, pese a lo cual «habrá que ver cómo evoluciona y si va a más», pues se extiende ya varios días.

Tenerife, la más activa con La Palma y El Hierro

Hay que recordar que Tenerife, junto a La Palma y El Hierro, son las islas con mayor actividad volcánica de Canarias. Tenerife, en concreto, ha sufrido varias crisis sismovolcánicas en los últimos 20 años, la primera de ellas entre 2004 y 2005 que obligó a poner el semáforo de alerta volcánica de verde a amarillo. Los colores que entrañan mayor riesgo son el naranja y el rojo.

Estas crisis han estado relacionadas con actividad bajo el Teide. La novedad de este último enjambre es que se ha producido en un área, frente a la costa del sur de Tenerife, donde no se habían registrado series de este tipo anteriormente.

Lejos del volcán de Enmedio

Esta última sucesión de seísmos se registra en un punto, además, alejado de otro foco permanente de terremotos de pequeña magnitud: el volcán de Enmedio, entre las islas de Tenerife y Gran Canaria. Este mismo domingo se localizó allí un nuevo seismo, de 1,6 grados de magnitud, pero hay mucha distancia entre el llamado volcán de Enmedio y los epicentros del enjambre cerca del litoral de Fasnia, Arico y San Miguel de Abona.

El volcán de Enmedio es un cráter submarino situado que tiene tres kilómetros de base y está situado a 2.100 metros de profundidad. Su base es extraordinariamente grande. Se estima que en ella cabrían 539 campos de fútbol. Es un edificio volcánico con una altura máxima de 470 metros.

El temblor de 1989

Fue precisamente la actividad asociada al volcán de Enmedio la que provocó el mayor terremoto que se ha sentido en Tenerife en 100 años. El seísmo de 1989 fue registrado el 9 de mayo de ese año a las 2:30 horas. Tuvo una magnitud de 5,3 grados teniendo su epicentro en el mar, a 20 kilómetros del litoral de Güímar. Se sintió en toda la Isla e incluso hubo personas que salieron de sus casas a las calles alarmadas por el temblor.

Este cráter submarino estaría a unos 30 kilómetros de la costa de Tenerife, mientras el enjambre que se está produciendo frente a las costas sureñas estaría solo a entre uno y cinco kilómetros. De hecho, uno de los eventos de esta serie se localizó en la misma costa de Arico, entre Las Eras y el Porís de Abona.

No hay riesgo de erupción inminente

Mientras los científicos se mantienen alerta, aclaran que por el momento no hay riesgo inminente de erupción en Tenerife. Lo ha asegurado en varias ocasiones el director de Vigilancia Volcánica de Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), el italiano Luca D’Auria.

El investigador procedente del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Nápoles e incorporado en noviembre de 2016 a Involcan ha precisado que las probabilidades, en base a los estudios históricos, de que un volcán entre en actividad en la Isla: un 1% en los próximos 12 meses, un 4,9% en los próximos cinco años, un 9,5% en la próxima década, un 39,3% en 50 años y un 63,2% en un siglo.

La aclaración de Involcan

«En Tenerife hay anomalías que no implican el movimiento de magna en profundidad», ha manifestado D’Auria sobre el refuerzo preventivo para proteger a la Isla del peligro volcánico. «Todos los enjambres sísmicos, las deformaciones y los cambios que se han registrado desde 2017 se tienen que achacar al sistema hidrotermal de la Isla. Hablamos de la parte más superficial, de agua caliente, de vapor, de gas. No hay evidencias de que sea magma. Esperamos que siga siendo así por muchos años».

Es el «mensaje de tranquilidad» que lanzó el científico a principios de septiembre, cuando se presentó el simulacro de erupción que tuvo lugar el viernes 26 en Garachico y que fue organizado por el Cabildo de Tenerife. «Todo lo que ha ocurrido en los últimos meses en Tenerife entra dentro de la normalidad. Hay actividad volcánica, esa actividad está dormida, pero antes o después se espertará. Esperamos que sea lo más tarde posible pero no lo sabemos a ciencia cierta».

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