El cantante Antonio Orozco a su llegada a la gala de apertura de la 28 edición del Festival de Cine de Málaga en marzo Daniel Pérez | EFE
El artista se sincera sobre su ascenso en la música o lo que le pesa haber estado alejado de los suyos por su carrera, manteniendo siempre el amor por sus hijos como prioridad
19 oct 2025 . Actualizado a las 21:13 h.
El cantante Antonio Orozco se ha abierto en canal en sus memorias, tituladas Inevitablemente yo, en las que hace un repaso de su vida personal y musical, íntimamente entrelazadas. Asegura que el centro de su existencia son sus hijos, Jan nacido en 2006 fruto de su relación con la fallecida Susana Prat y Antonella, nacida en 2021 de otra relación con una mujer de la que guarda el anonimato y con la que hace una vida tranquila en Sitges.
En las páginas están presentes desde el éxito en los escenarios y la paternidad hasta el dolor, las ausencias o la fama. Uno de sus peores momentos, según confiesa, fue cuando falleció de cáncer de útero la madre de su hijo Jan, lo que hizo que su vida diera un giro. Antes de ese momento, cuenta en las memorias que no estuvo todo lo cerca que hubiera querido de su primogénito durante su infancia, algo que recuerda con nostalgia y cierto arrepentimiento, aunque es consciente de que justo en aquellos años despegó su carrera como artista tanto en España como en Latinoamérica.
Esto le llevó a una vida ajetreada, unos años sobre los que asegura que comprobó que «ser padre es el ejercicio más complejo que puede vivir un humano». Con su hija, expone que intentó hacer lo contrario que con su hijo, estar más presente. «Lo más difícil que he hecho en mi vida es separarme de ellos», aseguró en su libro, donde también admite que hubo una época en la que «lo perdí todo, aunque solo económicamente hablando y tengo mucho miedo».
A sus 52 años, Orozco ahora viaja menos y se dedica a los que más quiere, algo que compagina con la atención constante e inevitablemente a distancia que trata de mantener con su hijo mayor, que está estudiando música en el extranjero, siguiendo así sus pasos.
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