La Fórmula 1 volvía a un circuito tradicional, el territorio donde el factor sorpresa respecto a los trazados urbanos es mucho más limitado. En este tipo de escenarios, con la extrema igualdad actual de la competición, la diferencia se marca solo cuando todo te sale perfecto. El mínimo fallo o circunstancia en contra supone una losa casi imposible de remontar. Carlos Sainz, por un movimiento a destiempo, y Fernando Alonso, por una mala primera vuelta, se quedaron sin el buen resultado al que apuntaban en el circuito de Austin.
Dejando a un lado al extraterrestre Max Verstappen, las carreras en Texas de Charles Leclerc o la de los pilotos de McLaren ejemplifican la diferencia que hay entre hacerlo todo bien o dejarse cosas por el camino. Por mucho peso que tenga la máquina en este deporte, la labor de un piloto ahora es la más decisiva en muchos años. Carlos Sainz lo estaba haciendo de cine: podio en la carrera al esprint, clasificación entre los diez mejores y unas primeras vueltas extraordinarias. Lástima su indecisión a la hora de adelantar a Kimi Antonelli.
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El Confidencial EFE
Carlos intentó repetir con el italiano el mismo adelantamiento que había hecho unas vueltas antes a Ollie Bearman. El madrileño se dio cuenta de que iba unos centímetros corto y dio la impresión de arrepentirse en el último momento. En este tipo de situaciones, una vez que ves que vas muy justo, paradójicamente lo peor que puedes hacer es recular. Si sigues con la maniobra es muy probable que entres en contacto, pero sería más o menos en paralelo y tienes una posibilidad de salir airoso del lance. Y sin sanción, además.
Kimi Antonelli está muy verde aún y por esa razón no se puede esperar el oficio que tendría un veterano. No se puede cerrar la puerta sin más como hizo el piloto de Mercedes, como si allí no hubiera nadie. Pero, justo por eso, una vez que ves que se cierra, no queda otra que forzar, aunque sea metiendo medio coche y rezar para que salga bien. Todo esto lo hablamos desde la comodidad de nuestro sillón. Pero no hay que olvidar que tanto para el español como para el italiano, la cosa transcurrió en apenas unas milésimas. Cosas de las carreras.
Carlos Sainz is OUT after making contact with Kimi Antonelli! 💥
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Culpas repartidas
«La verdad es que es una pena», se lamentaba el madrileño. «Fue una pena porque venía muy rápido desde el principio de carrera, creo que iba más rápido que los dos Mercedes. Había hecho un adelantamiento muy parecido a Bearman al principio de carrera y lo volví a intentar con Kimi, pero me sorprendió. No sé si no me vio y empezó a cerrar la puerta poco a poco y, cuando bloqueé el neumático, nos tocamos«.
Carlos cree, no sin cierta razón, que «el accidente se podía haber evitado y es parte de culpa de los dos». El problema es que el hecho de que haya un blocaje de rueda por parte del piloto de Williams y que su neumático delantero impactara con el trasero de Antonelli, hacía inevitable que, de ser sancionado un piloto, este fuera Carlos. Al dolor de malograr un posible buen resultado, se une la penalización de cinco posiciones para el Gran Premio de México y dos puntos en la licencia. Demasiado castigo.
Sainz, casi con seguridad, tenía imposible seguir con su coche dañado hasta boxes, pero una de las cosas que nos enseñan este tipo de situaciones es que, cuando planea una posible sanción, hay que intentar acabar la carrera a toda costa. Mientras se siga en pista, cabe la posibilidad de que te apliquen la sanción de cinco o diez segundos. Al no acabar la carrera, la penalización de cinco posiciones en la parrilla en la siguiente carrera implica un daño tremendo. Adelantar cinco puestos hoy en día es casi tarea imposible.
Austin no es un circuito donde resulte imposible adelantar, pero no es nada fácil. Los problemas que tuvo Lando Norris para superar a Charles Leclerc evidencian que, a menos que tengas una enorme superioridad con el coche que te precede, es muy difícil sorprender a un rival. Y si esta situación ocurre con coches como el McLaren, que tiene una ligera superioridad sobre el Ferrari, qué decir Fernando Alonso, cuyo coche es el noveno de la parrilla en estos momentos.
Fernando Alonso recoge un valioso punto de Austin y pone la mente en México 🔊
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Carrera para olvidar
«No será recordada esta carrera en mi memoria», reconocía el piloto de Aston Martin. «Pero bueno, salimos 10º y acabamos 10º. Tampoco pasó gran cosa ni por delante ni por detrás. No teníamos el ritmo, fuimos lentos toda la carrera, un poco tapando los coches de atrás y, ahora, a pensar en México y ver qué podemos hacer allí». No es previsible que en México, con su larguísima recta principal, vaya a cambiar mucho la situación respecto a lo vivido en Texas, pero un punto en estas circunstancias es un buen resultado.
Con neumático nuevo y poca gasolina, las diferencias entre los coches son mínimas y la décima de segundo extra que saca el piloto crea los espejismos. Luego llega la carrera y, con el depósito lleno y con la gestión del desgaste de los neumáticos, llega la cruda realidad. Lo que en clasificación puede ser una desventaja de dos o tres décimas por vuelta respecto a los mejores, en ritmo de carrera la cosa se eleva a perdidas de cerca de un segundo por vuelta. Normal que Fernando desee que acabe ya la temporada.
«Creo que los cuatro equipos de arriba están en otra liga, Williams en medio en tierra de nadie y luego Haas con Bearman, que iba más rápido que nosotros. Sauber ni te cuento y Racing Bulls estaba toda la carrera a un segundo de mí, así que creo que tenía margen. Por tanto, solo nos queda Alpine por detrás». Quizá, ese aire de resignación que transmitía el bicampeón mundial, tuviera que ver con la perdida de posiciones de la primera vuelta. No era el momento de tener otro choque después del infortunado incidente de la salida de la carrera al esprint.
Ojalá que, como el propio Fernando ha apuntado en alguna ocasión, las oportunidades perdidas sirvan para que cuando en el futuro haya cosas en juego importantes, no se desaprovechen.
La Fórmula 1 volvía a un circuito tradicional, el territorio donde el factor sorpresa respecto a los trazados urbanos es mucho más limitado. En este tipo de escenarios, con la extrema igualdad actual de la competición, la diferencia se marca solo cuando todo te sale perfecto. El mínimo fallo o circunstancia en contra supone una losa casi imposible de remontar. Carlos Sainz, por un movimiento a destiempo, y Fernando Alonso, por una mala primera vuelta, se quedaron sin el buen resultado al que apuntaban en el circuito de Austin.