Sal de tu zona de confort, invierte en un curso para sacar todo tu potencial, sé tu propio jefe… cualquiera que entre durante cinco segundos a TikTok puede ser asediado en algún momento por algún mantra similar. 

Por suerte existe Pantomima Full, el dúo cómico formado por Alberto Casado y Rober Bodegas, para poner un poco de contexto a esos ambientes donde hay tanto humo que a veces es imposible ver lo que hay un metro delante de ti. 

Como ocurre con los tuits antiguos de Pedro Sánchez, siempre hay un rótulo de Pantomima Full para describir un momento vital. Ahora, de la mano de Disney, la pareja artística ha sacado Entrepreneurs, una serie de comedia que se estrenará el próximo 23 de octubre y que da forma a ese mundo tan personal de Bodegas y Casado. La ficción cuenta la historia de un grupo de personas que trabajan en un co-working tratando de sacar la mejor versión de sí mismos saliendo de la zona de confort, con todo lo que eso conlleva. 

En las oficinas de Google en Madrid, en lo que parece un decorado de la propia serie, entrevistamos a Rober Bodegas y Alberto Casado durante 10 minutos para El HuffPost y para hablar de una ficción tan graciosa e hilarante como triste y gris. 

– Pantomima es ya una especie de ente, como Los Javis. 

Robert Bodegas: Es verdad que hemos perdido nuestra identidad. Somos los de Pantomima. Vale lo mismo dos billetes de 50 que uno de 100 pero no vale lo mismo Alberto y Rober que Pantomima. Alberto y Rober no valen una puta mierda. 

Alberto Casado: Nadie sabe quién es Alberto y quién es Rober.

– ¿Defendéis que la serie es una comedia? Que no es un poco triste todo lo que pasa. 

A. C: Hostia. Ahora me lo replanteo. 

R. B: El primero que lo ha entendido.

A. C: Te ha dado pena. 

R. B: Eso está guay porque es el espíritu Pantomima. 

A. C:  Se ha intentado hacer una comedia. Lo que pasa que la negrura acaba saliendo en algún momento. Tenemos un humor un poco negro. 

R. B: La serie arranca con ese anuncio que autoparodia nuestros vídeos como diciéndote esto es un vídeo de Pantomima, ahora vas a ver lo que hay detrás. Creo que eso hemos intentado que suceda en todos los personajes y mola. En nuestros vídeos, los personajes te cuentan una cosa y son los rótulos los que te ayudan a entender que eso no es tan así y aquí, el poder convivir con ellos, ves todo el sufrimiento que hay para poder presumir un minuto diciendo que tu trabajo es cool. 

– ¿Qué referencias manejáis para la serie vuestro propio mundo o bebéis de otras sitcom?

A. C:  Las sitcom las hemos visto de toda la vida. La inspiración viene de decir básicamente personajes de Pantomima en un entorno, ¿cuál puede ser? Emprendimiento, un co-working e intentar saber más de la vida de cada uno y que luego cada uno podría protagonizar un vídeo. 

R. B: Y utilizar temas muy Pantomima para las tramas. Volverte minimalista o trabajar tu marca personal. Intentar que las tramas no fueran aplicables a cualquier contexto como que dos se quieren o se enfadan, sino que lo que ocurre también sea algo pantomimesco. 

A. C: La zona de confort. Un capítulo sobre la zona de confort y pensar por ahí. 

– ¿Está cambiando la comedia en España hacia lo experimental? Está Entrepreneurs, el documental de Jorge Ponce, Poquita fe.

R. B: Mola, porque creo que es convencional en cuanto a que es una sitcom, no me parece que sea experimental en cuanto a forma. Lo que mola es que es actual, como nuestros vídeos, los temas de los que habla y eso hace que pueda sentirse fresca y diferente. Siempre digo esto con miedo porque la gente lo dirá, pero desde luego creo que en series está habiendo más riesgo que en pelis. Las comedias que se llevan al cine, también porque tienen una vocación más familiar. 

A. C: Entiendo que no todas, pero siempre hay niños, porque entiendo que es lo que vende. Pero entiendo que las series sí que veo que hay cosas que me parecen más originales. 

– ¿Sois muy Pantomima en la vida real?

Los dos a la vez: Muchísimas veces. 

A. C: Es que no se puede hacer nada. 

R. B: Lo más Pantomima que hemos sido ha sido en el proceso de la serie donde se nos ha dejado participar en todos los procesos, desde la preproducción, castings, decorados, vestuarios, hasta la post, música, montaje y rodaje. Ahí era Pantomima total porque éramos nosotros pretendiendo ser una especie de codirectores que es una cosa que no has hecho en absoluto. De pasearte por el set intentando aparentar seguridad. 

A. C: Pura pose. Responder rápido a lo que te pregunten. 

– Llevábais el libro este naranja de guión de Robert Mckee. 

R. B: Ese desde luego cuando vine a Madrid lo compré y ahí está, no lo he abierto. Luego compré otro que se llama Salva al gato que es mucho más corto y me dio una idea igual. 

– Muchas escenas que son ficción en la serie son la realidad de mucha gente que está metida en esos mundos. 

A. C: Es que la realidad supera bastante y es que desde que está hecha la serie hasta ahora ya veo gente real que está por delante. Nos ha superado. Hay gurús más gurús que los que habíamos inventado. Es como hostia qué rápido va esto. Si hubiera otra temporada en estos dos años hay 20 ideas nuevas de las cosas que voy viendo. 

R. B: Una cosa guay de Pantomima es que nuestros vídeos nunca han querido ser parodias sino retratos. Por eso han triunfado. La gracia no es «mira qué gracioso, qué exagerado lo que ha dicho». Lo gracioso, y lo vergonzante a veces, es que esta persona es así, no está exagerada. Llevar eso es lo que da ese drama que decías al principio de decir «pobrecito, no se da cuenta de la vida que tiene». Eso mola porque te hace conectar. Cuanto más real sea, aunque te caiga mal esa persona, como el personaje de él que es un cretino, le ves la debilidad y hay un momento que dices no sé si me quiero reír de esta persona que claramente necesita ayuda y me estoy riendo y luego te sientes mal. 

– Tenéis recelo que alguien, como os pasó con el empresario José Elías y su parodia, se pueda sentir ofendida. 

A. C: No, la verdad es que no. No hay intención de que nadie se ofenda. Si alguien se ofende, pues okey. No pasa absolutamente nada. No era la intención. Depende de quién se ofenda a veces te alegras. Anda, le ha sentado mal. Vaya, vaya.