Un corredor de la talla de Primoz Roglic (Red Bull Bora) ha llegado para poner la guinda al pelotón que toma la salida este sábado … a las 11.20 en Alderdi Eder en la Clásica San Sebastián. Su presencia en Donostia supone un salto de calidad para un cartel con enormes corredores, pero que había sufrido bajas importantes de última hora como las de Landa, Evenepoel, triple campeón de la Clásica, y Julien Alaphilippe, que se caló la txapela en 2018.

El esloveno ha incorporado a su calendario la ahora ya la histórica carrera donostiarra por longevidad y competitividad. Doble ganador de la Itzulia (2018 y 2021), además de vencedor de cuatro ediciones de la Vuelta a España y de una del Giro de Italia, es uno de los mejores ciclistas de la última década, aunque a sus 35 años la figura de este antiguo saltador de esquí se haya visto ensombrecida por la aparición de Pogacar.

Roglic viene de terminar octavo en el Tour y de cuajar un ofensivo periplo alpino. Ha atacado en busca de la victoria de etapa y de mejorar posiciones en la general, objetivos que se le han resistido. No está a su mejor nivel, pero su nombre no necesita presentaciones y es sin lugar a dudas la figura más importante que tomará la salida, está por ver si también uno de los grandes favoritos.

Landa elige la Vuelta a Burgos

Una de las ausencias de última hora de la Clásica ha sido Mikel Landa. El corredor alavés, que sufrió una durísima caída en mayo en la primera etapa del Giro de Italia, tenía previsto reaparecer en Donostia junto a su jefe de filas Remco Evenepoel. Sin embargo, ha decidido finalmente presentarse en la Vuelta a Burgos que arranca el martes, la cual ha ganado en dos ocasiones y le servirá para ver si está preparado para tomar la salida en la Vuelta a España.

«Estoy un poco nervioso porque hace mucho tiempo de mi última carrera. No sé qué esperarme porque la lesión fue dura. Trataré de ir día a día y disfrutar de la carrera sin ninguna expectativa», ha afirmado en declaraciones al Soudal.