Lunes, 20 de octubre 2025, 11:32
Maestras de la fotografía rural, conocidas en Villoria, su pueblo, por su afición a capturar cada momento de la vida social de la localidad y la comarca, las hermanas gemelas Pilar y Mercedes Corredera González atesoran casi seis décadas de pasión por este mundo. Empezaron cuando tenían unos 15 años. Ambas son muy queridas en su pueblo y, a través de sus lentes, han inmortalizado momentos, lugares y personas.
Como Mercedes y Pilar son gemelas, en muchas ocasiones las confunden. Ahora es más fácil identificarlas, porque Mercedes se ha dejado el pelo al natural. Ambas suelen llevar su cámara allá donde van. Pilar, últimamente, utiliza la bicicleta como medio de transporte y, entre los objetos que porta, nunca falta su cámara.
Pilar confiesa que su debilidad son los paisajes, preferentemente los de girasoles. Mercedes, por su parte, se siente seducida por las flores, aunque ambas disfrutan de todo tipo de formatos, destacándose especialmente en los retratos, sobre todo de personas mayores.
En Villoria saben a quién recurrir cuando quieren recuperar la foto de alguien. «En muchas ocasiones nos han agradecido fotos de familiares cuando ya no están», confiesan con cierta nostalgia las hermanas.
«Tenemos baúles llenos de fotos», cuentan, porque, pese a que empezaron con aquellas máquinas analógicas en blanco y negro, también dominan la fotografía digital. Aunque tienen un archivo inmenso, prefieren seguir revelándolas porque les gusta verlas en papel.
«Mi afición por la fotografía empezó a los 15 años, cuando iba de excursión a Fátima o Portugal con la parroquia de María Auxiliadora, y el párroco me dejaba la máquina para que hiciera el reportaje de todo lo que veíamos», cuenta Pilar Corredera. «Empecé a hacer fotos a monumentos y paisajes; después seguí con las diapositivas», añade. Dice que tiene infinidad de carretes y que un momento al que recurría con frecuencia para sacar su cámara era la tarde en la puerta de casa. «Hice muchas fotos a personas mayores o vecinas que salían a la puerta a coser y pasar la tarde», confiesa.
Para Pilar, un momento muy emocionante fue la primera vez que se atrevió a fotografiar el ‘Vía Crucis de hombres’, una procesión de Semana Santa que nunca antes había visto una mujer. Estas son solo algunas de las anécdotas que cuentan Mercedes y Pilar.
«Empecé a revelar las fotos con químicos en el cuarto oscuro»
Mercedes Corredera cuenta que sus inicios se deben a que el sacerdote dominico Roberto Ábalos regaló a Villoria una ampliadora. Aprendieron tan solo ella y un chico. Mercedes sentía pasión por aquella forma de obtener el resultado de las capturas que había realizado previamente con su cámara fotográfica, a través del mágico proceso de introducir la película y el papel fotográfico en líquidos químicos dentro de un cuarto oscuro.
«Roberto nos trajo una máquina y nos enseñó a hacer fotos en blanco y negro y a revelarlas», cuenta. «Comprábamos los rollos de cliché y los líquidos; primero iba a hacer las fotos y después me encargaba de revelarlas», añade. «¡Si ves lo bien que me lo pasaba con las fotos!», recuerda.
«Como había que estar a oscuras, un día que cayó una tormenta tremenda se fue la luz en todo el pueblo, y cuando salí de noche me decían que se había ido la luz… pero yo ni me enteré», rememora con gracia.
Su hermana Pilar Corredera también se aficionó en esa época; en su caso, su preferencia eran las diapositivas. Cuenta que tenía una máquina con la que proyectaba las imágenes y que, en varias ocasiones, las mostraron en público.
«En la escuela nos llamaban las mellizas»
En la imagen superior se puede ver a Mercedes y a Pilar Corredera. Ambas recuerdan con gracia que, en edad escolar, las maestras las llamaban «las mellizas». Muchas veces las confunden, porque, además de compartir rasgos físicos, tienen gustos parecidos. «En más de una ocasión nos hemos encontrado en la misma tienda con intención de comprar lo mismo», dicen.
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