Colea aún la decisión del jurado del Premio Planeta de concederle la distinción al mediático Juan del Val, hoy tertuliano de éxito, escritor y marido de otra estrella de la comunicación, de Nuria Roca. Sorprendió esa noche la noticia, pese a que desde horas antes las quinielas apostaban por el madrileño Del Val, que tenían más eco a medida que se aproximaba el momento de la dar a conocer el nombre del triunfador a cuyas manos va a parar un millón de euros (aunque Hacienda se queda con la mitad), junto a la promoción de grabar su nombre en este preciado galardón.
A pesar de la inevitable polémica, algo habitual siempre y más en este país tan dado a zancadillear a los triunfadores, me alegró que este galardón haya ido a las manos de Juan del Val. Principalmente por llegar al mundo de las letras a través de los toros, por la puerta de cuadrillas, como decía que llegó al periodismo aquel inolvidable crítico taurino de La Gaceta Regional llamado Alfonso Hortal y acabó reconvertido en un brillante e irónico escritor, aunque sin dejar nunca la crítica taurina que firmaba con el pseudónimo de Don Lance. Juan del Val, después de un montón de vueltas, también llegó al mundo de la comunicación por la puerta de cuadrillas y pronto se hizo un buen nombre. Lo recuerdo perfectamente al ser de mi época, aunque él ejerciera en Madrid y yo en Salamanca, tierra esta última donde se trabajaba tanto la información taurina que cada periódico contaba con sus redactores especializados y continúa ocurriendo con La Gaceta Regional, siendo el único medio de provincias que mantiene sección taurina todo el año.
Entonces, Juan del Val, alto y vareado como una garrocha, se hizo con un sitio hasta el punto de fichar un buen día por Vía Digital que entonces era lo más para un crítico taurino que se abría camino, porque además de estar en una plataforma de televisión al lado de excelentes profesionales, pagaba muy bien, algo que era una meta para el resto, siempre dependiendo de los exiguos sueldos que les abonaban las cabeceras donde trabajaban. Lo recuerdo también en 6 Toros 6, en los años esplendorosos del semanario donde, en varias ocasiones, vino a cubrir la feria de Salamanca y Juan del Val, que era una persona callada y reservada, gozaba del aprecio de compañeros y taurinos. Lo traté entonces en alguna ocasión e incluso hasta tengo una foto -que publico al final del artículo- compartiendo la misma alineación en un partido de futbito benéfico disputado en la madrileña localidad de Villalba contra un combinado de toreros.
Poco después, el nombre de Juan del Val desapareció de los medios taurinos y su firma era habitual en el semanario MAN, en el que destacaba por las magnificas entrevistas que realizaba, hasta que enseguida llega la noticia de su boda con Nuria Roca que fue su adiós al periodismo. Después era frecuente verlos en las plazas, aunque sin ninguna responsabilidad profesional, presencia aún más incrementada aún con la llegada de Juan Ortega, de quien se convierte en fiel devoto, a la par que su nombre crecía como la espuma gracias a sus colaboraciones en El Hormiguero, donde encontraba cualquier momento para defender la Tauromaquia y engrandecer a quienes se juegan la vida delante de un astado. Y es que Juan del Val alza con orgullo la bandera del toreo.
Por esas razones, que un Planeta vaya a manos de una taurino es una noticia muy importante y más aún de alguien que formó parte de la muchas veces denostada crítica taurina. De ahí que debemos sacar los positivo y valorar este Planeta con tanta grandeza como tiene. Porque es algo muy importante.
