Cuando nos acercamos para hablar con Juan del Val poco después de haberse alzado con el Premio Planeta, tiene un ligero rastro de carmín en su labio. Es la huella de su mujer, la presentadora de televisión Nuria Roca, que lo ha besado, como mandan los cánones, en el momento en el que se anunciaba que era el ganador.
Ahí está la valenciana, a escasos metros de su marido, en el momento de la entrevista. Ella a ratos sentada, a ratos de pie, distraída con el teléfono móvil. Él sin apartar la mirada de su interlocutor.
La pareja es una de las más reconocidas —y celebradas— del mundo de la televisión, hasta el punto de que parece un tándem inseparable, compartiendo plató la mayoría del tiempo que pasan en antena.

No parece, por tanto, que el arranque de la novela con la que del Val ha resultado premiado en Barcelona tenga algo que ver con su vida sentimental.
Y es que nos cuenta el escritor que ya en las primeras páginas de Vera, una historia de amor nos encontraremos con la decisión de la protagonista de romper su matrimonio con un marqués en la Sevilla actual. «Esa separación sirve de arranque para que un personaje femenino evolucione de una realidad a otra».
El aparente motivo detrás de esta decisión es el encuentro con un joven madrileño de clase baja. Pero no todo se explica por este romance: «El chico, que es más joven que ella, es uno de los desencadenantes, pero no el principal. Ante todo, lo que la mueve es la necesidad que ella tiene de descubrirse a sí misma«.
Pese a todo, del Val sí que reconoce que ha volcado algo de su biografía en la novela. «No en ella, sino en el personaje de él». Se refiere a Antonio, el joven con el que Vera comienza una relación apasionada que, como él, también es de clase humilde y ha crecido en un entorno difícil.
«Pero aun así no es mi novela más personal, porque personales son todas las que he escrito», puntualiza del Val. «Al final yo estoy en todos mis personajes. En los que me caen bien y en los que no me complacen tanto. Es que no sé hacerlo de otra manera, macho».
Uno de los recursos que suele emplear del Val para caracterizar a sus personajes es el sexo, cosa que adelanta que estará también presente en esta nueva novela. «El sexo, o más bien el deseo y la ausencia de este, explican tu momento casi siempre. Te explica a ti y te explica con tu pareja. Es una forma fantástica de empatizar con el personaje».
«Y además, a juzgar por la recepción que han tenido mis anteriores novelas, lo debo de hacer bien. Si te digo la verdad, me divierto mucho escribiendo sobre sexo… y me excito», añade con total naturalidad el ganador del Premio Planeta.
De la obra a la tecla
En el discurso de recogida del galardón, del Val dedicaba unas palabras al joven albañil que fue antes de entrar en el mundo de la televisión y la literatura: «Quiero recordar algunos momentos en los que mi vida estaba destinada al fracaso, expulsado del sistema por años en los que todo era polvo, era hormigón, eran obras«.
Ya entonces, durante esas horas de trabajo bajo el sol —confiesa a El Cultural—, soñaba con ser escritor. «Es algo que me ha acompañado siempre, aunque no tenía absolutamente ningún hecho que pudiera darme la razón«, recuerda el ahora laureado autor. «Estaba tan lejos de este mundo… pero en mi cabeza rondaba todo el rato contar historias, lo que pasa es que no estaba en el sitio para contarlas».
«En la escritura empecé de cero. Al principio yo no sabía ni dónde estaban las teclas del ordenador»
De esa pulsión de contar historias es de donde partió del Val, sin tener ninguna formación anterior como escritor. «En la escritura empecé de cero. Al principio yo no sabía ni dónde estaban las teclas del ordenador. Yo me colé en el periodismo y a partir de ahí pues empecé a hacer reportajes. Empecé escribiendo para mí y luego profesionalmente, en casos que algunos se pueden contar y otros que no«, explica el premio planeta, sin querer aclarar a qué se refiere con lo último apuntado.
Sea como fuere, lo cierto es que del Val ha encadenado un éxito de ventas tras otro desde que comenzó su carrera como novelista siendo coautor junto a su esposa de Para Ana (de tu muerto) (2011).
Por ser considerado un autor superventas, precisamente, es por lo que lanzó un mensaje en defensa de este tipo de novelas ya en el discurso de recogida de galardón. «Se escribe para la gente, no para una supuesta élite intelectual», manifestaba entonces.
Ahora bien, del Val nos reconoce que no por eso deja de leer aquella que algunos llaman «alta literatura». «Claro que leo todo tipo de autores. Houellebecq, Vila-Matas… Antonio Soler, por ejemplo, escribió Sur, probablemente el mejor libro que he leído en mi vida».
Y, para terminar, matiza: «Lo que quería decir es que no porque algo sea comercial deja de ser bueno. Es una falta de respeto pensar así. Pocas novelas han vendido tanto como El Quijote, y nadie se atrevería a decir que es mala. Yo reivindico lo popular y el sentido de contar una historia para la gente. No concibo una historia que no se cuente para los demás».