Max Verstappen culminó en el GP de Estados Unidos uno de sus fines de semana perfectos. El neerlandés ejerció en Austin un dominio absoluto, … con dos victorias —en la sprint y en la carrera larga— y sus respectivas poles, confirmando que ahora mismo es el rival a batir. No hay posiblemente rival más peligroso para los hombres de McLaren, ni bocado más apetecible para el vigente campeón del mundo.

Hace no tanto era un sueño impensable. Verstappen llegó a tener una desventaja de 100 puntos con respecto al líder, hasta que comenzó una remontada de las que hacen historia. En los últimos cinco grandes premios (Países Bajos, Italia, Azerbaiyán, Singapur y Estados Unidos) ha logrado tres victorias —más una sprint— y dos segundos puestos. Prácticamente una actuación perfecta cuya lectura se entiende mejor en comparación con los resultados de sus dos grandes rivales, pues ha sumado 119 puntos, los mismos que han conseguido Norris y Piastri de manera conjunta.

La heroica actuación que está cuajando el tetracampeón del mundo, al que ya nadie quita de la terna de candidatos, ha cogido totalmente por sorpresa al equipo de Woking, incapaz a estas alturas de decidir quién de sus dos pilotos es el líder como lo fue el capitán del Titanic al sentir el frío hielo del iceberg al que se aproximaba. Piastri no ha perdido en este tiempo el liderato, pero Verstappen le ha recortado ya la friolera de 64 puntos y son ‘solo’ 40 los que tiene de ventaja el australiano sobre el neerlandés, con Norris en medio, a 14 de su compañero, y con el vigente campeón a 26. El colchón es cada vez más fino.

Para cualquiera que haya seguido el desarrollo de esta temporada de Fórmula 1, ver a Verstappen en esta situación habría sido una locura. Incluso el propio piloto admitía que «le habría dicho que era un idiota» al que hubiera apostado por él a finales de agosto.

Runrún

El runrún sobre si hay Mundial o no empezó a rondar hace ya unos cuantos grandes premios. Habida cuenta de que en Zandvoort se podía justificar su actuación por el factor cancha, fue en Monza donde se vio que la remontada era posible. En la Catedral, Red Bull estrenó un nuevo suelo, que ha resultado ser el maná que necesitaba. Desde entonces, tres de sus cinco victorias del año. No es casual.

Paralelamente también ha empezado a sonar una tonadilla en el paddock que ya suena a viejas canciones: ¿han ‘capado’ a los McLaren? La evolución de todos los equipos en esta recta final del último año de una normativa que ya tiene fecha de caducidad no puede explicar el evidente bajón de rendimiento que han dado tanto Norris como Piastri, que han pasado de pelear entre sí por la victoria a hacerlo con otros rivales, ora Verstappen, ora Russell, ora Leclerc…

Dicho en román paladino: hay serias sospechas de que la FIA ha cazado algo, cuando menos, alegal en el MCL39 que ha hecho a McLaren campeón. No sería la primera vez ni la última que los técnicos de la Federación esconden públicamente la presunta trampa que han encontrado en un coche ilegal para no levantar un escándalo. Ferrari, por citar uno de los equipos perjudicados, vio cómo le limitaban su capacidad de desarrollo para el año 2020 después de que detectasen una ilegalidad nunca explicada en 2019. Solo aclararon que habían llegado a un acuerdo de conformidad.

Haya trampa oculta o no, lo cierto es que ahora mismo Verstappen está en un momento clave ya no de esta temporada, sino de su carrera deportiva. Solo un piloto en la historia ha logrado cinco títulos consecutivos, Michael Schumacher entre 2000 y 2004. Para lograrlo, Verstappen no puede fallar. «Necesitamos estar perfectos hasta el final para tener una oportunidad. Hemos remontado mucho, pero al mismo tiempo las diferencias son muy pequeñas. Cada fin de semana tienes que intentar ser perfecto, y eso es lo que intentaremos hacer hasta el final», reflexionaba después de ganar en Austin.

Esa misma igualdad que Verstappen ve como un problema puede ser, si sabe jugar sus cartas, su mejor baza. Russell, Antonelli, Leclerc o un improbable Hamilton que se cuelen entre él y Norris y Piastri serán unos socios perfectos en la búsqueda de su quinta corona. Porque como tenga que esperar por Tsunoda…