El viernes último se inauguró en la Plaza de Acho la llamada Puerta Grande en homenaje al matador de toros peruano Rafael Puga Castro, y esta ha sido inaugurada ayer al término de la primera corrida de la Feria Taurina del Señor de los Milagros 2025.

El primer toro, los de San Pedro, “Rufián” #549 y con 462 kg, para Morenito de Aranda. Toro mulato bien presentado, enmorrillado, que ha salido rematando en el burladero de los matadores, y unas verónicas algo sueltas. Inicia la faena con la muleta desde los medios tirando al toro de largo, llevándolo embebido, hay una serie de naturales que son jaleados por el público. Los naturales son de calidad, después el pase de pecho por ambos pitones, no estuvo fino con la espada, y en el tercero ya dejó una estocada entera. Demora un poco en doblar y escucha una ovación con salida al tercio.

El segundo, “Consentido” #796 y con 505 kg, de la ganadería de Salamanca, para el matador Alfonso de Lima. Nada con el percal y en el caballo recibió un puyacito que no hizo ni sangrar, con las banderillas eficiente Ronald Sánchez y Aldair López. El matador brinda al respetable. Muletazos largos, pero no hay acople. Tras insistir, logra una buena serie con la derecha que es jaleada. No había nada que hacer; el matador cogió la espada y dejó una parada que bastó. Tarda en doblar. Se silenció su labor.

El tercero de la tarde, “Brasero” #501 y 488 kg, de la ganadería de San Pedro, para Jesús Enrique Colombo. Lances jaleados y variados con el capote. Coge los palitroques, hace el delirio de los asistentes en los tres pares. Brindó al empresario muletazos de calidad. Suena la música tras series ligadas y ovacionadas. Los olés se juntan con las palmas. Hay delirio en los tendidos. Mete la espada hasta los gavilanes. Una oreja, merecía las dos. Juez cicatero. Un sector grita “¡otro juez!” mientras salen los caballos peruanos de paso.

POR LO ALTO.  Los olés se juntaron con las palmas. Jesús Enrique Colombo salió triunfador con el tercero de la tarde.

 

El cuarto toro de la tarde, de Salamanca, de nombre “Cocinero” #792 y con 503 kg, para el Morenito de Aranda. Sus capotazos de recibo tienen olor a triunfo, pero se fue diluyendo con el tiempo. En banderillas nada para la historia. Morenito estuvo con la muleta muy poderosa, por encima del pupilo de Salamanca. Palmas de aliento. El jabonero no tenía raza y los muletazos los remataba con cara alta. Suena la música. Una estocada en hilván, una entera, se puso pesado y descabello. Su actuación fue de silencio.

El quinto toro de la tarde, “Fabuloso” de Salamanca #800 y con 461 kg, para Alfonso de Lima. Con el percal poco se le puede destacar. Estuvo voluntarioso con la muleta, pero alargó innecesariamente oyendo pifias. El animal es un marmolillo, no embiste. Un mal toro de Salamanca, y tras dos avisos con pitos se fue su labor.

Sexto y último toro de la tarde, “Ganador” #461 de San Pedro y con 471 kg, para Jesús Enrique Colombo, aplaudido fuertemente con los palos y el delirio del respetable, pide marinera en vez de pasodoble con los garapullos, gran ovación en los tres y el éxtasis taurino al usar un sombrero jipijapa para recortar al toro. Empieza con poncinas, redondos, bajó un pelín con la muleta, pero una estocada en todo lo alto y de ejecución rápida hace rodar y los pañuelos blancos son masivos. Una oreja y con ello abre la primera Puerta Grande de Acho de la feria morada.

 

NOVILLADA DE DESILUSIÓN

El sábado 18 de octubre la Plaza de Acho abrió sus puertas para dar pase a la primera novillada con el estreno de la ganadería “San José del Monte”, que resultaron con peligro para los novilleros Felipe Negret, de Colombia; Joaquín Caro, peruano con residencia en España, y Josuel Mallqui, de Huancayo. Destacó el último por su voluntad aunque falto de técnica.