
Fotografía titulada ‘Colmenar Viejo, 1970’, del libro ‘Principiantes’. Cristóbal Hara
Para celebrar sus cincuenta años de trayectoria, el fotógrafo recupera sus primeras fotografías, hechas en los años setenta, en el libro ‘Principiante’.
Martes, 21 de octubre 2025, 00:57
Hace medio siglo, Cristóbal Hara comenzó a hacer sus primeras fotografías. Algunas de esas imágenes fueron captadas a escondidas, en un juego en el que sus compañeros del servicio militar obligatorio eran cómplices sonrientes o incautos modelos, y en el que Hara se exponía a castigos temibles, o eso se decía, si le descubrían sus superiores. En blanco y negro, sin encuadres artísticos pero que dan cuenta del ojo sensible que caracterizaría luego a uno de los fotógrafos más reconocidos del panorama español, son testimonios de una sociedad anterior. Merecedor del Premio Nacional de Fotografía en 2022, Hara se abrió nuevos caminos, transitó la fotografía de calle e hizo series experimentales, casi surrealistas. Pero antes están sus primeras fotos.
Esas fotografías en blanco y negro, de revelado manual, con cámara de carrete y un sólo disparo por escena –era demasiado caro para un amateur hacer más de un intento en la era predigital–, se reúnen ahora, para celebrar ese redondo aniversario del medio siglo de trayectoria, en un libro.

Cuenca, ca. 1970.
Cristóbal Hara.
En ‘Principiantes’, publicado por la editorial RM, se reúnen 58 imágenes, seleccionadas por el mismo autor para reivindicar esos comienzos, suyos y de los demás, donde se impone la voluntad, el esfuerzo sin más recompensa que la satisfacción personal, la emoción iniciática del que descubre nuevas miradas al revelar, la sorpresa de descubrir su propio mundo y la curiosidad para proseguir.
Agrupadas por series, las fotografías muestran una España de los años setenta, todavía coja de pobreza y simpleza. Se retrata Cuenca, que será tierra fértil para otros fotógrafos de su generación; El Pedernoso y los cuarteles de Colmenar Viejo. Retratos no siempre costumbristas, más arriesgados con los encuadres y retadores con la luz natural, inclemente pero que nunca espantó a un hacedor que preponderaba el momento.
Con obra en importantes contenedores, como el Museo de Arte Moderno de Nueva York y el Reina Sofía de Madrid, Hara se hizo conocido con su fotografía en color, ya en los ochenta, en la que forja su estilo singular y en el que rompe límites entre la realidad y la ficción. En esta edición que cuenta con la participación de Caja Burgos y la Fundación Juan March –donde inaugurará el 25 de octubre una exposición–, se redescubre la mirada documental pura de quien construía una geografía española junto a Cristina García Rodero, Koldo Chamorro o Ramón Zabalza. Un imaginario que recobra fuerza y vigencia.
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