La Bolsa española vuelve a acariciar el récord de 15.945,7 puntos registrado en noviembre de 2007 y que desde entonces se mantiene intocable. Mientras Wall Street y los grandes índices europeos superaron hace años los niveles previos a la crisis financiera, el Ibex 35 sigue sin lograrlo casi dos décadas después. Ahora, pese a que las dudas sobre los activos de mayor riesgo persisten y la incertidumbre económica no logra despejarse, los inversores aprovechan cualquier rayo de luz para dejar atrás las caídas y volver a las compras que han llevado a las Bolsas a zona de máximos históricos pese a la reciente toma de beneficios. Con un avance de más del 36,5% en el año, el índice se sitúa a tan solo 117,5 puntos de su techo.
Tras varias jornadas de corrección, las Bolsas a ambos lados del Atlántico han iniciado la semana con energías renovadas. El tono más conciliador del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con China y las expectativas de un acuerdo entre republicanos y demócratas para poner fin al cierre del gobierno devuelven el ánimo a los mercados. A ello se suman unas declaraciones del asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, a CNBC adelantando que el cierre de gobierno “probablemente terminará esta semana”.
Las buenas noticias externas y el impulso del sector financiero han permitido al Ibex 35 superar la apatía reciente y retomar su avance hacia nuevos máximos. Impulsado por la recuperación del Banco Sabadell (4,65%) y BBVA (3,84%), el selectivo español sube un 1,46% y consolida los 15.800 puntos. Los ascensos se replican en el conjunto del sector financiero, con CaixaBank sumando un 2,56 %, Santander anotándose un 1,8%; Unicaja subiendo un 1,9% y Bankinter, un 1,65%. Y ello a pesar de las dudas sobre la solidez del crédito privado en EE UU, tras las provisiones anunciadas por Zions Bancorp y Western Alliance, que presionan a unos inversores que tienen depositadas sus esperanzas en la campaña de resultados que acaba de arrancar y que será un buen termómetro para medir la confianza y la sostenibilidad de las ganancias empresariales.
Las subidas han sido generalizadas en todas las Bolsas. El Dax alemán ha avanzado un 1,8% y el Euro Stoxx 50 ha sumado un 1,3%, mientras que en la Bolsa de Tokio el Nikkei se ha disparado un 3,4% superando por primera vez los 49.000 puntos y en Wall Street las ganancias del S&P 500 superan el 1% al cierre de las Bolsas europeas. Incluso la Bolsa francesa, afectada por la caída de BNP Paribas (-7,7%) y la rebaja de la calificación de S&P Global Ratings, se ha sumado a la corriente alcista, aunque con una subida más moderada del 0,4%. El tirón de las firmas de lujo sigue siendo clave en su comportamiento y una semana después de que LVMH sorprendiera al mercado con sus resultados, Kering (4,8%) ha contribuido ahora a la estabilidad gracias a la venta de su unidad de belleza a L’Oréal. Los analistas de UBS destacan que el acuerdo ayudará al grupo que dirige Luca de Meo a “reducir su deuda, uno de los principales focos de preocupación de los inversores ante el débil desempeño operativo”.
Lo cierto es que la aparente estabilidad oculta, según el consenso del mercado, vulnerabilidades crecientes. La más inmediata está vinculada a las relaciones comerciales. Tras el gesto de Donald Trump reconociendo que los aranceles a China eran insostenibles, los equipos negociadores toman ahora la palabra. Esta semana está prevista una nueva ronda de conversaciones en Malasia entre el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el viceprimer ministro chino, He Lifeng. “Los mercados parecen confiar en que se alcanzará un compromiso antes de que finalice la tregua sobre la aplicación de aranceles el 10 de noviembre”, apuntan los analistas de Edmond de Rothschild AM.
Junto a las noticias comerciales, los inversores escudriñan con lupa los resultados y previsiones de las empresas. Hasta ahora, han estado de enhorabuena: según datos de Bank of America el 76% de las compañías del S&P 500 ha superado las estimaciones de beneficios, apuntalando las ganancias en Bolsa. En este entorno y con los rumores sobre una posible burbuja en torno a la inteligencia artificial sobrevolando los mercados, las cuentas de las siete magníficas adquieren aún más relevancia. La primera de ellas en retratar sus cuentas será Tesla, que prevé darlas a conocer este miércoles. Por lo pronto, los estrategas de Mirabaud WM comentan que “la temporada de resultados en EE UU sugiere que los fundamentos empresariales siguen siendo lo suficientemente sólidos como para absorber los mayores costes de financiación” mientras que inflación sigue moderándose de forma desigual.
La tranquilidad también es la seña de identidad del mercado de deuda. La expectativa de mayores rebajas de tipos por parte de la Reserva Federal en EE UU ayudan a mantener la rentabilidad del bono de estadounidense a dos años por debajo del 3,5% con la deuda a 10 años al filo del 4%.
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