El Unicaja se relame las heridas tras la derrota ante el Barcelona en el Carpena. Fue un partido muy irregular del equipo malagueño ante un … adversario que llegaba a Málaga desgastado tras una jornada doble en la Euroliga. El conjunto cajista estuvo fallón en los lanzamientos y se encontró con el ‘handicap’ de la gran cantidad de faltas personales que los árbitros le señalaron en contra, especialmente en el último cuarto.
La media de faltas del Unicaja en un partido ronda las 21, a veces menos, pero ante el Barça se fue hasta las 29, una cada 82 segundos, lo que permitió a su rival lanzar 33 tiros libres para conseguir 26 puntos. Los jugadores y el cuerpo técnico del Unicaja estaban realmente crispados con las decisiones de Emilio Pérez Pizarro, Francisco Araña y Vicente Martínez, que sancionaron con una técnica a Ibon Navarro después de que este protestase de forma insistente lo que consideraba una falta clara en un lanzamiento de tres de Duarte a falta de 48 segundos para el final con 77-80. La continuación de esa acción acabó con falta a Satoransky más un tiro libre extra por la técnica. En ese último cuarto, el conjunto azulgrana anotó 21 puntos y 12 fueron tiros libres de los 15 lanzamientos que tuvo. Lo más sangrante es que el Unicaja no fue ninguna vez a la línea de personal en unos diez minutos finales de máxima tensión y en los que su rival no llegó ni a entrar en el ‘bonus’, pues sólo le señalaron cuatro faltas.
En términos comparativos, el Unicaja fue el equipo al que más faltas le señalaron en la jornada, pues el Andorra-Girona fue un caso particular al haber tenido dos prórrogas. El equipo local acabnó con 31 y el visitante, con 36.