El actor Daniel Guzmán, de promoción por el estreno de su película La Deuda, ha abierto el cajón de los recuerdos para soltar una de esas confesiones que agitan la nostalgia colectiva. En el pódcast Poco se habla!, presentado por Xuso Jones y Briten, ha revelado que la serie Aquí no hay quien viva estuvo a punto de terminar en el cajón después de la primeras emisiones de los capítulos iniciales.

“Después de los primeros capítulos ya la querían quitar, no confiaban porque no estaban dando unos buenos datos”, cuenta con cierta seriedad y sorpresa en el vídeo publicado por el programa en TikTok. Vamos, que la comunidad de vecinos más famosa de la tele española estuvo a punto de morder el polvo y desaparecer antes de hacer historia.

Pero, como en toda buena comedia de vecinos, el drama terminó en milagro: “De repente un día, 11 millones de personas viendo la serie cada miércoles.” Guzmán lo cuenta con la media sonrisa de quien se sabe victorioso, como quien aún no entiende cómo pasaron de temer la cancelación a reventar audiencias y plantarle cara al Real Madrid. “Competíamos contra el Madrid y el Barça en Champions y les ganábamos. Les hemos metido un 41 en el minuto de oro. Eso ya no existe», recuerda el actor sobre aquel rodaje que pasó de ser una ruina televisiva a convertirse en patrimonio cultural español.

Si quedaban dudas del cariño del público, los comentarios en TikTok lo dejan claro. “Y pensar que duermo absolutamente todas las noches con ellos de fondo”, escribe una usuaria con más de 900 ‘me gusta’. Otro zanja el debate eterno: “La mejor serie española de todos los tiempos.”

Tampoco faltan los que aprovechan para comparar: “Increíble que muchos quieran comparar ‘La que se avecina’, que es un humor para niños de 5 años, con ‘Aquí no hay quien viva’.” O los nostálgicos del VHS: “Grababa ‘Los Serrano’ y veía ‘Aquí no hay quien viva’. Al día siguiente los ponía grabados.”

Veinte años después, el edificio de Desengaño 21 sigue en pie en la memoria colectiva. Y si algo demuestra este vídeo es que, aunque Aquí no hay quien viva estuvo a punto de caer del cartel, ni el paso del tiempo ni los algoritmos han conseguido desalojarla del corazón del público.