La guerra de Ucrania promete reescribir el manual tradicional de guerra aérea debido a la intensa utilización de drones (tanto ofensivos como ofensivos) por parte de ambos bandos.

En consecuencia, las industrias armamentísticas de Ucrania y de Rusia se están afanando en desarrollar vehículos no tripulados que cada vez sean más precisos y tengan mayor alcance.

Una de las principales dificultades para Ucrania ha sido cómo hacer frente de una manera económicamente sostenible a los múltiples ataques rusos con drones contra la infraestructura crítica del país.

Y el país presidido por Volodímir Zelenski parece haberle encontrado solución gracias a haber desarrollado una alternativa mucho más barata que los misiles y los cazas: drones interceptores de bajo coste.

Tal y como recoge el medio de comunicación Business Insider, gracias a esos drones interceptores baratos, Ucrania ha conseguido derribar 150 drones ofensivos lanzados en un reciente bombardeo ruso.

Teniendo en cuenta esa elevada efectividad para acabar con los drones rusos y el bajo precio de esos drones interceptores, Ucrania se ha marcado como objetivo fabricar cada día un millar de esos vehículos no tripulados defensivos.

En concreto, un solo misil del Sistema Nacional Avanzado de Misiles Tierra-Aire (una de las defensas aéreas proporcionadas a Ucrania) tiene un coste de aproximadamente un millón de dólares (unos 860.000 euros, al cambio actual). En cambio, la fabricación de esos drones interceptores se cifra en tan solo unos miles de dólares por unidad.

En ese sentido, Andrii Hrytseniuk, director ejecutivo de Brave1 (empresa de innovación apoyada por el Gobierno de Ucrania), ha destacado, en declaraciones a Business Insider, que los drones interceptores podrían erigirse en el próximo gran avance en tecnología bélica en el marco de la guerra de Ucrania, «al igual que los drones FPV y los drones navales transformaron el campo de batalla en 2023, y los drones de fibra óptica lo hicieron en 2024».