La traducción de María Angeles Ochoa de Eribe Urdinguio de la novela Theodoros, del escritor rumano Mircea Cărtărescu (Impedimenta), recibió el Premio Nacional de Traducción 2025, correspondiente a los libros de 2024, que concede el Miniserio de Cultura de España. El motivo, según el jurado, fue por “la minuciosidad, riqueza lingüística y perfecto dominio de fuentes y documentación con los que la traductora ha conseguido trasladar al español la excelencia de una novela total”. Una obra que en 2024 fue elegida por los críticos y revistas especializadas, como WMagazín, como una de las mejores del año.

Justamente este mes de octubre se anunciaron los siete finalistas del XX Premio de Traducción Esther Benítez 2025, que concede ACE Traductores. Un poemario, un ensayo, dos volúmenes de cuentos y tres novelas que tienen en común temas que abordan los caminos que buscan las personas para ser feliz y encontrar la verdad. Pero con una particularidad: esta edición son todas obras traducidas del inglés. No hay ningún título de otros idiomas. En España más del veinte por ciento del mercado editorial procede de las traducciones: del inglés, que es mayoritario, a otros idiomas minoritarios, como el finés, el japonés o el húngaro, pasando por lenguas más conocidas como el francés, el alemán, el italiano o el portugués. El ganador se anunciará el 3 de noviembre y la entrega será el 10 de diciembre en el Instituto Cervantes, en Madrid.
Las siguientes son las reseñas de los siete libros finalistas y un extracto de sus comienzos del XX Premio de Traducción Esther Benítez 2025:

Biografía de X
Catherine Lacey. Traducción: Núria Molines Galarza (Alfaguara)
El mundo y las máscaras que una persona se construye es descubierto por Catherine Lacey (Estados Unidos, 1985) para entrar en los pilares, heridas y motivos que llevan a esa construcción. Solo que en este caso la protagonista lo hace cuando muere su mujer, una artista iconoclasta y escritora. El amor que había puesto en un pedestal y de quien decide conocer todo para descubrir que no sabe en realidad a quien amó y ama. En su afán por averiguar ese misterioso pasado, su viuda se sumergirá en la historia del Territorio del Sur, teocracia fascista que se separó del resto de Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial y que en la actualidad se ve obligada a una difícil reunificación.
Comienzo:
El primer invierno desde su muerte parecía que todos los días, durante meses, fuesen húmedos y luminosos —siempre como si acabase de llover, aunque era incapaz de recordar la lluvia— y yo bajaba en tren a la ciudad un par de días a la semana, buscando (o esa impresión daba) un edificio en el que poder entrar y desde el que lanzarme, una tarea sobre la que nunca lograba determinar del todo si de verdad iba en serio, pues me parecía que la seriedad de cualquiera que buscase algo así no se veía hasta que llegaba el momento de despegar el cuerpo de la acera. Con tantos atentados recientes, la seguridad se había endurecido en todas partes, claro; había que tener permiso o invitación para entrar en cualquier edificio y yo nunca tuve nada de eso, pues no era nadie en particular, era alguien fuera de sitio. Cada día una persona y media se quita la vida en la ciudad y yo la buscaba —a esa persona o a la media—, pero nunca vi ni una ni media por mucho que buscase y esperase, con paciencia, con tanta paciencia, y tras cierto tiempo me planteé si quizá no las encontraba porque yo era una de ellas, o la una o la media.

El factor Rachel
Caroline O’Donoghue. Traducción: Regina López Muñoz (Libros del Asteroide)
El camino que lleva a los jóvenes a la búsqueda de su identidad lo explora Caroline O’Donoghue (Irlanda, 1986). Lo hace a través de una chica heterosexual y un chico homosexual durante la crisis económica que empezó en 2008. Los dos comparten piso y se enfrentan a un mundo hostil no solo en lo económico, sino en cuanto a las libertades sexuales en Irlanda. Una novela de transición a la edad adulta, crítica al sistema y reivindicadora de la amistad y los afectos.
Comienzo:
Solo hablo del doctor Byrne con James Devlin, por eso siempre di por hecho que, si alguna vez reaparecía en mi vida, lo haría por mediación de él.
Estaba equivocada. El doctor Byrne regresó a raíz de The Toy Show.
The Late Late Toy Show es un acontecimiento televisivo anual en Irlanda, un programa en el que niños y niñas dan su opinión sobre los mejores juguetes del año y aconsejan a sus semejantes qué pedir en sus cartas a Papá Noel. Es toda una institución si eres niño en Irlanda, y aún más si eres un adulto irlandés que vive en el extranjero. Cuesta explicarlo a los forasteros, lo que en el fondo representa parte de su encanto. O lo entiendes o no lo entiendes. O eres de los nuestros o no lo eres. Quizá porque hay tanta gente que se jacta de tener sangre irlandesa, cada vez ponemos más alto el listón de las bromas privadas, de modo que haya que pedirle a un miembro autorizado que te las explique.

El hotel de los corazones solitarios
Heather O’Neill. Traducción: Julia C. Gómez Sáez (RBA Libros)
Bajo la premisa de que lo que ha de ser será, Heather O’Neill (Canadá, 973) cuenta los avatares que viven dos bebes abandonados en 1914, ponto sus talentos emergen, él con el piano y ella con el baile y la comedia, se enamoran y durante la Gran Depresión son separados, viven situaciones difíciles para sobrevivir y se reencuentran.
Comienzo:
La llegada al mundo de un niño llamado Pierrot
Aquel día de 1914, una muchacha llamó a la puerta del Hospital de la Misericordia en Dorchester Boulevard. Era regordeta, con mejillas redondeadas como manzanas y tirabuzones rubios. No tenía más que doce años.
Su primo mayor, Thomas, se había marchado al extranjero, a Francia, a la guerra. Llevaba loca por él desde pequeñita. Era un rebelde, hacía el pino y la llevaba a ver las bandas de música en el parque los domingos. Era valiente y siempre le decía que algún día le gustaría ser soldado. Una tarde del invierno anterior llegó a su casa y le dijo que iba a hacerle un reconocimiento médico, igual que el que les hacían a los chicos, para ver si era apta para el servicio activo. Se moría por saber si hubiera podido ser soldado de haber sido chico. Él le dijo que tenía que meterle el pene dentro para comprobar su temperatura interna. Cuando terminó, satisfecho por la salud perfecta de su prima, le entregó un lacito rojo que se había caído de la caja de una tarta. Se lo colocó con un alfiler en la solapa de la chaqueta,

Mesa para dos
Amor Towles. Traducción: Gemma Rovira Ortega (Salamandra).
La felicidad y sus vericuetos para alcanzarla es uno de los temas de Amor Towles (Estados Unidos, 1964) en estos seis cuentos que suceden en Nueva York y una novela corta ambientada en la Edad de Oro de Hollywood. “Aparentemente inconexas, estas historias presentan un momento crítico en que dos personas deben sentarse a una mesa para abordar asuntos tan universales como la búsqueda de la felicidad, el poder del dinero o la subversión de las normas sociales”. No dejan de ser historias sobre las relaciones, la familia, la confianza, la ambición, la culpa o el valor de la amistad.
Comienzo:
En los últimos días del último zar vivía en una pequeña aldea a ciento sesenta kilómetros de Moscú un campesino llamado Pushkin. Aunque Pushkin y su mujer, Irina, no habían recibido la bendición de los hijos, sí habían recibido la bendición de una acogedora casita de dos habitaciones y unas pocas hectáreas de terreno que cultivaban con la paciencia y tenacidad propias de su condición. Surco a surco, labraban sus parcelas, sembraban sus semillas y recogían sus cosechas, yendo y viniendo por el terreno como una lanzadera por el telar. Y al terminar la jornada, volvían a casa y cenaban sopa de col sentados a su mesita de madera, para luego rendirse al bendito sueño del campo.
El campesino Pushkin no compartía la facilidad de palabra de su tocayo pero tenía alma de poeta, y viendo brotar las hojas de los abedules, arreciar las tormentas veraniegas o brillar los tonos dorados del otoño sentía una inmensa satisfacción. Tanto es así que si hubiera encontrado una vieja lámpara de bronce mientras labraba los campos y liberado de su interior a un viejo genio dispuesto a concederle tres deseos, Pushkin no habría sabido qué pedirle.
Y todos sabemos perfectamente adónde conduce ese tipo de felicidad.

Perdidas en el bosque
Margaret Atwood. Traducción: Victoria Alonso Blanco (Salamandra)
Con líneas autobiográficas, Margaret Atwood (Canadá, 1939) escribe quince relatos protagonizados por los entramados y tejidos de las relaciones personales en los ámbitos de la familia, el matrimonio y la pareja. El significado de vivir interrelacionado, los lazos buenos y no tan buenos que se crean aquí. Desde los protagonizados por el matrimonio formado por Tig y Nell, que forman una novela mosaico, hasta Mi maléfica madre, que sigue una relación entre madre e hija a través de los años y muestra cómo y por qué muchas personas acaban siendo como sus padres.
Comienzo:
Tig & Nell
Un día, Nell llegó a casa poco antes de la hora de cenar y se encontró la puerta abierta. El coche no estaba. En los peldaños del portal había manchas de sangre y, una vez dentro, siguió su rastro por la moqueta del recibidor hasta la cocina. Sobre la tabla de cortar había un cuchillo, uno de los preferidos de Tig, de acero japonés, muy afilado, y, junto a él, una zanahoria a medio cortar manchada de sangre. La hija de ambos, que entonces tenía nueve años, no estaba por ningún sitio.
¿Qué podía haber ocurrido? Unos bandidos habían allanado la casa. Tig había intentado defenderse con el cuchillo y se había cortado (aunque, entonces, ¿cómo se explicaba lo de la zanahoria?). Los bandidos habían salido huyendo con él y con la niña y se habían llevado el coche. Quizá debería avisar a la policía.
O puede que Tig estuviera cocinando, se diera un tajo sin querer con el cuchillo y, viendo que necesitaba puntos, decidiera acercarse en coche al hospital y llevarse consigo a la niña para no dejarla sola. Eso era lo más probable. Seguramente, con las prisas no se le había ocurrido dejar una nota.

Poesía completa
Anne Sexton. Traducción: Ana Mata Buil (Lumen)
La poesía sin prejuicios ni tabúes sobre el deseo y todo lo que concierne a la mujer que ha intentad ser eclipsado logra Anne Sexton (Estados Unidos, 1928-1974) una luz. “Hizo de sus experiencias personales como mujer y escritora el centro de su obra lírica, y fue pionera a la hora de retratar sin tapujos la realidad del deseo, el matrimonio, la maternidad, la masturbación, el aborto, el alcoholismo, la salud mental y física, o el impulso de muerte”. No se quedó allí, y amplió ese mundo con asuntos sobre la amistad, la resiliencia y los sueños. Esta nueva traducción de su poesía completa, a cargo de Ana Mata Buil, incluye sus diez poemarios, así como siete poemas compuestos durante sus últimos meses de vida.
Comienzo:
USTED, DOCTOR MARTIN
Usted, doctor Martin, se pasea
del desayuno a la locura. Final de agosto,
corro por el antiséptico túnel
donde los zombis aún intentan
empujar sus huesos contra la fuerza
de la cura. Soy la reina del hotel estival
o la burlona abeja en un tallo acechada
por la muerte. Formamos filas
torcidas y esperamos a que abran
la entrada y nos cuenten ante las gélidas puertas
de la cena. Dan la señal
y pasamos al guiso con nuestra bata
de sonrisas. Masticamos en hilera, los platos
chirrían y gimen como la tiza
en la escuela. No hay cuchillos
para cortarse el cuello. Me paso la mañana
haciendo mocasines. Al principio mis manos
se quedaban vacías, desplegadas para las vidas
para las que solían trabajar. Ahora aprendo a
retirarlas, cada airado dedo que exige
que yo arregle lo que otro romperá…

¿Quién teme al género?
Judith Butler. Traducción: Alicia Martorell Linares (Paidós)
El título de este libro de la ensayista Judith Butler (Estados Unidos, 1956) es claro y ella, pionera en la defensa de los derechos de las minorías sexuales como trans y queer, trata de explicarlo. Lo hace recordando el contexto actual de tics autoritarios y sociedad polarizada, de un mundo regresivo que intenta ver todo en blanco y negro. Combate la ideología antigénero que trata de hacer circular la fantasía de que el género es una amenaza peligrosa para las familias, las culturas locales, la civilización, e incluso para el propio “hombre”. Igualdad, respeto y derechos son sus líneas de trabajo.
Comienzo:
Ideología de género y miedo a la destrucción
¿Cómo es posible que a alguien le dé miedo el género? Hasta hace poco era un término relativamente corriente, al menos en Estados Unidos. Si nos piden que indiquemos nuestro género en un formulario, la mayoría lo hacemos sin pensarlo demasiado. Por supuesto, hay personas a las que no les gusta marcar la casilla y piensan que debería haber muchas más casillas o quizá ninguna; cada cual experimenta de forma diferente el hecho de marcar la casilla del género. Hay quien sospecha que “género” es una forma de hablar de la desigualdad de las mujeres o supone que esta palabra es un sinónimo de “mujeres”. Hay quien piensa que es una forma encubierta de referirse a la “homosexualidad”. Para otras personas, el «género» es una forma diferente de hablar del “sexo”, aunque hay tendencias feministas que marcan la diferencia entre ambos, asociando el “sexo” con la biología o con la asignación legal al nacer y el “género” con formas socioculturales de llegar a ser. Al mismo tiempo, feministas y especialistas en estudios de género discrepan sobre las definiciones y distinciones que se pueden considerar correctas. Los innumerables y continuos debates sobre esta palabra demuestran que no existe un único enfoque para definir y entender el género.
En cambio, el “movimiento contra la ideología de género” trata el género como un monolito, aterrador por su poder y por su alcance. Como mínimo, los debates terminológicos sobre el género no suelen interesar a las personas que se oponen a este término.
Desde 2006 ACE Traductores convoca anualmente este premio para recordar a la traductora Esther Benítez Eiroa, “defensora incansable de los derechos del gremio y fundadora de la asociación. Esther Benítez fue una figura clave para el conocimiento de las letras italianas y francesas en nuestro país, y no solo dedicó su vida a la traducción de literatura, sino también a la defensa de la dignidad profesional del traductor, de su condición de autor y de sus derechos patrimoniales. A la cabeza de ACE Traductores, no cejó en el propósito de crear conciencia social sobre la necesidad y la importancia del traductor literario como pieza indispensable en la difusión de la cultura”, explica ACE Traductores.
Así, hasta la fecha veinticinco traductoras y traductores han ganado este premio, y algunas de las obras galardonadas protagonizarán una serie de vídeos conmemorativos del vigésimo aniversario del premio y que presentaremos estas semanas en las redes sociales de ACE Traductores.
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Así, hasta la fecha veinticinco traductoras y traductores han ganado este premio, y algunas de las obras galardonadas protagonizarán una serie de vídeos conmemorativos del vigésimo aniversario del premio y que presentaremos estas semanas en las redes sociales de ACE Traductores.