El actor Tim Curry, conocido por su papeles en el musical The Rocky Horror Picture Show y Annie o como el payaso Pennywise de la primera versión de It, ha compartido en una extensa entrevista a CBS Sunday Morning sus vicisitudes de salud de la última década, incluyendo un infarto cerebral y la necesidad de aprender a caminar de nuevo.

Curry relató al presentador Ben Mankiewicz los detalles del día fatal que cambió su vida. «»Me estaban dando un masaje, y el chico que me lo daba me dijo: «Estoy preocupado por ti. Creo que deberíamos llamar a un médico». Me sentía bien. No tenía ningún síntoma. No me dolía nada».

El diagnostico tras tan «extraña» situación fue grave: un deerrame cerebral que hizo pensar a Curry en su padre, fallecido precisamente por esa misma causa cuando el actor contaba apenas 10 años. El actor se sometió a una cirugía cerebral y una posterior rehabilitacion que le forzó a «aprender a hablar de nuevo».

Además, el lado izquierdo de su cara quedó completamente paralizado, «inclinándose un poco hacia un lado», dijo en el documental.

Pese todo Curry es alérgico a la autocompasión y, además, dice no temer «la muerte, aunque intento evitarla», dice entre risas. «Creo que todos tenemos miedo, pero sospecho que al final la recibiré con los brazos abiertos. Creo que puede ser muy reconfortante decir adiós, y quiero ganármelo».


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Eso, naturalmente, afectó a la fuerza a la carrera profesional de Curry, de 79 años, que también ha publicado álbumes musicales y cantado en peliculas como The Rocky Horror Picture Show, donde interpretó al célebre personaje de culto Frank-N-Furter.

La entrevista vino a colación de las memorias que Curry publica en forma de libro, Vagabond, pero ya en la entrevista reconoce que algunos secretos seguirán siendo eso mismo, secretos. «Una de las claves es no fomentar una identidad». «Lo he protegido y lo sigo haciendo», dijo sobre su vida personal y otros extremos.

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Donde sí se ha extendido Curry es sobre el trastorno bipolar de su madre, que podía ser amorosa y cruel según el dictado de su enfermemdad. Nunca dio mucha importancia al éxito como actor de su hijo, que «le tenía miedo».

Curry habla sobre la inevitable tristeza que le ha provocado su nueva condición, pero asegura: «No admiro mucho la autocompasión, supongo que por el legado de mi madre (…) Es algo por lo que estoy agradecido. ¿Por qué eres tan importante como para compadecerte?».