Cuando uno entra en una librería y echa un vistazo a las novedades, la mirada se va rápidamente a la portada del libro, que tiene la función de provocar un atrayente impacto, y luego, con el libro ya elegido en las manos, recala en los textos de la cubierta para ver por dónde van los tiros. Inevitablemente, estos textos se leen con cierta cautela, pues no dejan de ser mensajes publicitarios para despertar el apetito e impulsar a la compra. Eso lo sabe todo el mundo.
En la redacción de estas líneas, por lo tanto, todo debe estar medido y calculado para, con un estilo agradable, “compartir un entusiasmo” y hacer una rápida valoración del argumento y de sus valores literarios. Louise Willder lleva veinticinco años trabajando en el “Departamento de Blurbs” de Penguin Books. Blurb es la palabra inglesa que designa estos textos publicitarios, que en español se llaman “paratextos editoriales”, “textos de contra”, “literatura de solapas” o “epitextos”. Cien palabras a un desconocido ha sido publicado por la editorial Gris Tormenta, que tiene una colección, “Editor”, dedicada a libros testimoniales que intentan mostrar el largo e inesperado proceso editorial que existe “antes de que un libro llegue a una librería”.
En este volumen, que es una adaptación abreviada de la edición original, la autora, basándose en su experiencia y en la de otros colegas que se dedican al mismo trabajo, reflexiona sobre cómo deben escribirse esos textos para que sean un buen gancho para la venta del libro. Recurre a muchos ejemplos, y aporta interesantes citas y anécdotas sobre un aspecto del proceso editorial que no debe dejarse a la improvisación ni solo al juicio del autor.
Además, Cien palabras a un desconocido dedica espacio a hablar de las citas que suelen elegirse para promocionar los libros que proceden de autores de prestigio, a los que se les ha pedido de manera explícita que las escriban –tienen su indudable peso promocional–, o están entresacadas de las reseñas que se han hecho, referencias que los editores sigue destacando a fin de mejorar las ventas.
En el interesante prólogo, Miguel Aguilar, editor de Debate, Taurus y Random House, se refiere al valor que tienen los textos de las fajas promocionales, el gancho más impactante para los lectores, recurso que, por suerte –dice Aguilar– no ha llegado al mercado americano.
Conscientes de la importancia de los blurbs, los editores también reconocen que estas “vísceras repugnantes”, como las llamó George Orwell, tienen sus indudables peligros. “Pregúntese a cualquier persona pensante –escribió el autor británico– por qué nunca lee novelas, y por lo general se descubrirá que, en el fondo, se debe a los nauseabundos embustes promocionales escritos por los redactores de blurbs”. No voy a decir a qué libro actual se refiere, pero acabo de pillar esta cita pretenciosa de uno de estos textos publicitarios: “Una novela necesaria en tiempos de manipulación informativa y algoritmos que deciden qué enseñarnos y qué no, qué debemos recordar y qué es mejor olvidar”.