Cuando el jueves el BBVA comunicó al mercado que había fracasado en su intento de comprar el Banco Sabadell a través de una opa hostil, en la sede de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) respiraron aliviados. El escenario central era que el banco alcanzara algo más del 30% del capital del Sabadell, lo que le habría obligado a lanzar una segunda opa, a un precio equitativo que tendría que haber establecido la CNMV. La fijación de ese precio y la propia existencia de una segunda oferta eran una patata caliente. El supervisor tenía ya un cálculo preliminar, pendiente de la aprobación en un último consejo que finalmente no tuvo que celebrarse. Lo que ha puesto de relieve todo el proceso es que la ley de opas debería modificarse.
El presidente de la CNMV, Carlos San Basilio, ha realizado esta mañana sus primeras declaraciones después del desistimiento del BBVA de seguir adelante con la opa. Tras su participación en unas jornadas financieras organizadas por Deloitte, San Basilio ha defendido “el inagotable e intenso trabajo realizado por el personal de la CNMV para agilizar todo lo posible la aprobación del folleto de la opa, su actualización con la mejora del precio…”.
A su juicio, si el proceso se alargó más de un año y medio, no fue por la institución que dirige, sino por el proceso de análisis por parte de Competencia y las condiciones adicionales impuestas por el Gobierno. “No tenía sentido aprobar un folleto antes de que todas estas condiciones estuvieran marcadas”, ha apuntado.
Para San Basilio, lo que ha puesto de relieve la opa hostil lanzada por el BBVA sobre el Sabadell es que “hay que hacer algunos cambios en la ley de opas, para actualizarla”. Para empezar, el jefe de la CNMV ha señalado que hay que corregir algunas erratas claras en el texto legal.
En el supervisor han encontrado errores tan evidentes como menciones a “la entidad oferente” en la que el legislador se refiere a la empresa que es objeto de la opa. La CNMV también contempla alguna modificación en relación a los plazos o una definición más concreta sobre cómo se calcula el mencionado precio equitativo.
“El tema del precio equitativo en una segunda opa es un caso que no se ha dado nunca, y si se vuelve a dar, estaría bien que lo tuviéramos un poco más aclarado”, ha apuntado San Basilio en declaraciones a periodistas.
Conversaciones con Economía
Un posible cambio en la norma le corresponde al Ministerio de Economía, que es quien tiene competencias sobre este asunto. “A nosotros nos gustaría intentar aclarar algunos errores de redacción y dificultades de interpretación que hay en el decreto y, desde luego, estamos dispuestos a apoyar al ministro de Economía si decide ir con esta vía. Es decisión suya, pero aportaríamos nuestra visión”.
La cuestión de la segunda opa y el precio equitativo ha sido clave, de acuerdo con muchos expertos, en el fracaso del BBVA. Muchos inversores institucionales han optado por dejar pasar la primera oferta pensando en que la CNMV iba a obligar al banco a mejorar el precio en la segunda opa.
San Basilio ha reconocido que la actual normativa deja un cierto margen de interpretación para calcular ese precio —puesto que depende de la cotización de dos entidades, que va fluctuando cada día—, pero ha descartado compartir cuál era el criterio final que iban a aplicar.
El presidente de la CNMV también se ha referido a las diferentes denuncias públicas que ha habido sobre cómo los directivos del Sabadell no han guardado el principio de neutralidad. “Hemos estado muy pendientes de todas y cada una de las comunicaciones, pero es inevitable que haya quejas. En Italia, que también han estado gestionando una opa hostil en banca, el supervisor ha tenido los mismos problemas”.
Con todo, San Basilio ha tratado de sacar la lectura positiva de lo sucedido. “Es durante el desarrollo de una opa activa cuando se van viendo las carencias de la regulación, pero hasta que esta no acaba, no se puede modificar esa regulación”, ha apuntado.
El máximo responsable de la CNMV también se ha felicitado de la estrecha colaboración que han mantenido con el supervisor financiero de Estados Unidos, la Security and Exchange Commission (SEC). Dado que las acciones del BBVA también cotizan en la Bolsa de Nueva York, la entidad tenía que informar de todos los detalles de la operación también allí. De hecho, fue allí donde el BBVA explicitó la posibilidad de dar por buena la opa quedándose entre el 30% y el 50% del capital. “Los funcionarios de la SEC han sido muy comprensivos y han respetado nuestro criterio”, ha apuntado San Basilio.