Momento clave para el futuro de la central nuclear de Almaraz. Los próximos días, por no decir horas, serán esenciales. Sobre todo, para que el Ministerio para la Transición Ecológica tenga que pronunciarse de manera tajante con respecto a este asunto. Y es que, … desde hace meses, despeja los balones para no abordar la cuestión.
Ahora, después también de mucho tiempo, los principales propietarios de la central tienen claro que quieren pedir una revisión del calendario de cierre. En concreto, este martes había una reunión de las dueñas de la planta en la que, finalmente, se ha acordado trabajar para pedir la continuidad de la instalación, aunque por el momento no se conocen los detalles. Ha trascendido, aunque no de manera oficial, que la cuestión fiscal no estará en la propuesta final. No obstante, todavía quedan algunos flecos esenciales que ajustar.
En estos momentos se trata de un trámite: en concreto, que afecta solo a los intereses de Almaraz, pero que vuelve a reafirmar que las tres dueñas de la central, Iberdrola, Endesa y Naturgy, están de acuerdo en prolongar la vida útil de esta instalación, así como el parque nuclear español en su conjunto. Pese a todo, según ha podido conocer ABC, los propietarios siguen trabajando en la gobernanza interna a la hora de tomar la decisión. Esto se traduce en que cada una de las compañías puede tener ciertos intereses particulares que deberán adaptarse al sentir general.
La reunión de este martes, catalogada de ordinaria, suponía sentar las bases para desarrollar una estrategia que evite el cierre de Almaraz. Ahora, los siguientes pasos consistirán en formalizar una petición al ministerio dirigido por Sara Aagesen para iniciar el diálogo y los posteriores trámites administrativos.
Posteriormente, y una vez que las empresas ya muestren su disposición a negociar, será el Ministerio para la Transición Ecológica el que deberá mover ficha. Cabe recordar que la política energética la desarrolla el Ejecutivo y, por tanto, la decisión en última instancia depende de lo que plantee Aagesen.
Hasta ahora el Gobierno se ha mantenido firme. Su postura ha sido en todo momento que debían ser las empresas quienes iniciasen los procesos negociadores, y además debía hacerlo de manera oficial. Una formalidad a la que se ha agarrado el Ejecutivo para no tener que hablar de, entre otros asuntos, los problemas de seguridad de suministro eléctrico que ahora mismo atraviesa España. Sus líneas rojas siempre han sido la materia fiscal. Bajo el mantra de que no se van a bajar los impuestos, Iberdrola, Endesa y Naturgy también han establecido la misma línea roja, pero a la inversa: que sin un ajuste en las tasas que pagan por operar las centrales se trata de un negocio que no es viable económicamente.
Momento clave
El siguiente paso, por tanto, será la formalización de una petición de revisión del cierre de Almaraz donde, previsiblemente, también se abordará el conjunto del parque nuclear español. La planta extremeña tiene que echar la persiana en 2027, uno de sus reactores, y el otro en 2028. Por lo que han mostrado de forma pública Iberdrola, Endesa y Naturgy, la idea sería ampliar su vida útil hasta 2030 y, posteriormente, abordar los demás cierres.
No obstante, no hay muchas pistas en estos momentos sobre cuál será el acuerdo final entre las eléctricas, y qué puntos incluirá la petición que se realizará al Gobierno.
En medio de este tira y afloja, además del apagón de abril, ha trascendido de manera pública que el sistema eléctrico está teniendo problemas similares a lo que sucedió en las fechas previas al cero energético. Esto otorga una mayor capacidad negociadora. Aunque en clave política, el Ejecutivo tiene una seria debilidad con respecto a sus socios de coalición, algo que nos les permite salirse de su guion antinuclear.
Si este plan no sale adelante, en 2028 Almaraz deberá haber cesado su actividad, dentro de un cierre generalizado de todo el sistema nuclear previsto para 2035. En ese periodo de tiempo, supuestamente, las renovables deberían tener la capacidad de controlar los problemas de tensión que surjan en el sistema, aunque, como ya explicó ABC, esto no sucederá ni a corto ni a medio plazo.
Precisamente, la semana pasada saltaron todas las alarmas cuando Red Eléctrica advirtió de que se debe cambiar la operativa del sistema eléctrico porque se estaban detectando anomalías similares a las que sucedieron en abril, cuando se produjo el gran apagón. El operador del sistema pidió a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que agilice la entrada en vigor de una serie de acciones para controlar, sobre todo, los problemas de tensión, algo que finalmente ha llevada a cabo aunque a medias. Esta situación señala, de manera directa, a la gran entrada de renovables en el mix, y cómo han impactado. Para ello, las centrales tradicionales (nuclear, gas e hidráulica) se han convertido en una pieza esencial que podría desaparecer si se acaba consumando el cierre.
En todo el tiempo que ha durado la polémica con el Gobierno, las propietarias de Almaraz siempre han asegurado que, con los impuestos actuales, no pueden mantener el negocio nuclear. En este sentido, para las eléctricas el apagón dio alas a sus argumentos y reforzó la necesidad de tener un suministro estable y seguro. Es un arma que utilizarán en la negociación. Y más ahora que Red Eléctrica ha reconocido la necesidad de compensar más el mix. De hecho, desde el pasado 29 de abril se opera en «modo reforzado».