Para el banquete previsto por la noche, Matilde, que también lució una tiara de diamantes con motivos de hojas de laurel, no tuvo dudas. En ocasiones tan señaladas, la reina suele lucir trajes de noche diseñados por Giorgio Armani.
Este en concreto lo ha recuperado de su armario: la creación de Armani Privé con corpiño de escote corazón cubierto de cristales, mangas transparentes y falda larga plisada ya lo había lucido para una cena de Estado en Luxemburgo en 2019. Debe de ser uno de los vestidos favoritos de la soberana, ya que también aparece en el retrato seleccionado para contar su historia en la web de la monarquía belga.
.jpg)
getty images
El color morado amaranto también debe haber influido a la hora de elegirlo para esta noche. Para encontrar la definición adecuada de ese tono entre rosa y morado hay que remontarse al fajín de la Orden de Leopoldo que destaca sobre el chaleco blanco del presidente Mattarella.
Matilde de Bélgica maneja con maestría el arte de la indumentaria diplomática. Pero aquí también se percibe un sentimiento sincero, ya que ha sabido triangular todo a la perfección. La reina aunque tiene un modisto de referencia, Edouard Vermeulen de la maison belga Natan, que la viste en la mayoría de sus apariciones, siente debilidad por Giorgio Armani. Y ésta es una pasión que comparte con su suegra.
El diseñador no sólo era amigo íntimo de la reina Paola, sino que también la vistió a menudo durante su etapa en el trono. Aunque Matilde y Paola tienen dos estilos diferentes, coinciden en la elección de Giorgio Armani para las citas más importantes. Hay Italia en ese nombre, por supuesto, pero también un guiño a la madre de la soberana. Cuando la moda es un asunto de familia. Y de Estado.