El Surne ha encontrado este martes en la República Checa el principio activo de un remedio que debe llevarle hacia la sanación definitiva y restaurar … parte de la confianza perdida en la cancha del Joventut, donde no fue un equipo sino un muñeco de trapo. Vaya por delante que el rival en la segunda jornada de la fase de grupos de la FIBA Europe Cup, el Pumpa Brno, estaba a cientos años de luz de los vizcaínos, más allá de la puerta de Tannhäuser, pero la actitud con la que afrontaron el duelo los hombres de Jaume Ponsarnau, el compromiso con el juego y la victoria, la seriedad en la ejecución de los sistemas pese a la sideral ventaja era de digna de elogio. Lo fácil hubiera sido dejarse llevar, tirarse ‘chufas’ desde la explanada del Guggenheim y pelear por el balón con el único objetivo de hacer números personales, pero la apuesta fue coral. Y así se logró un triunfo histórico (51-105), el más amplío en la vida del club.
Conviene recordar que el Bilbao Basket venía de una derrota sonrojante en Badalona y necesitaba comenzar su proceso de sanación con una victoria contundente y un baloncesto bien ejecutado, más maduro y elaborado. Era un imperativo hacerlo bien en la República Checa, en Brno, ante un rival que llegaba invicto al duelo pero en cualquier caso netamente inferior a los hombres de negro. Tocaba trasladar la superioridad teórica a la práctica, al parqué, donde se ganan los partidos y acreditan méritos. No fallaron los de Ponsarnau, que más allá de las debilidades de su rival, que eran muchas, jugaron serios, facturaban con hambre y cargaron el depósito de autoestima. Porque de eso iba el encuentro de Chequia, de levantar el estado de ánimo, la moral, mermada tras la paliza sufrida ante el Joventut. Era un choque tirita, el primer punto de sutura con el que comenzar a coser la herida y levantarse con el Andorra en el horizonte.
Pronto quedó claro que el Surne estaba en otra dimensión respecto al Brno, que salvo el 5-0 inicial fue barrido del parqué. Pantzar y Frey dirigían y el equipo ejecutaban. El baloncesto es un deporte sencillo cuando se tiene claro a qué se juega y en qué momento, sin volverse locos ni mirar estadísticas particulares. Los checos no eran rival y tampoco tardaron en ser aplastados por los de Ponsarnau. Dos parciales casi seguidos de 0-7 pusieron en marcha a los hombres de negro con un excelente Krampelj –acabó con 17 puntos–, que les permitieron cerrar el primer cuarto nueve arriba con una canasta del intratable Hlinason (15-24).
Coser y cantar
Mención aparte merece la labor defensiva de Normantas, que apretó a la estrella local Williams más que a las tuercas de un submarino. El americano, que hasta ayer promediaba 20 puntos por partido, solo consiguió dos canastas en juego. Y cuando había ‘missmatch’, Lazarevic seguía con las labores de persecución. El serbio es un rottweiler en defensa, un gladiador, pero en ataque aún le cuesta. El caso es que el Bilbao Basket apretó el acelerador y con un 0-10, primero, y un 0-12, después, se fue en el marcador para no volver y encaminarse hacia el triunfo más amplio en la historia del club.
Tiros de 2
Tiros de 3
Tiros libres
Rebotes
24+11Defensivos+Ofensivos33+13
Tapones
Balones
OTROS
El encuentro estaba resuelto en el descanso (26-51) y solo tocaba saber hasta dónde crecería la diferencia. Los hombres de negro pararon el contador en un +54, lo que desde ya constituye su nueva plusmarca internacional y doméstica. Pantzar jugó con extrema comodidad –15 puntos, 14 asistencias, 4 rebotes y 33 de valoración–; Hlinason se gustaba también –17 puntos, 9 rebotes y 33 de valoración–; y Font se apuntó a la fiesta –15 puntos y 20 de valoración–. El único pero fue el uno de siete en triples de Hilliard, quien no termina de conectar con la distancia mágica. Pero lo importante es que el Surne se dio un baño de autoestima y vio que la única forma de competir es hacerlo con intensidad, dureza defensiva y como colectivo. Una receta de obligada reproducción ante el Andorra.