La Ciudad del Santo Reino supuso este sábado el cierre de la temporada de 2025 en Europa para el diestro David Galván, y lo hizo no sin dificultad ante un exigente, además de impresionante estampa, toro de Victorino Martín. El primero de la tarde había hecho honor al nombre que el paisano Ruiz Miguel puso a estos astados, “alimañas”. Apenas en dos capotazos ya se dio a conocer, peligro, peligro y peligro era la única palabra que definía lo que acaecía en el ruedo. Triste era acabar así una temporada tan bonita y fructífera para el maestro cañaílla en este prólogo de Jaén, lo que afortunadamente cambio en su epílogo no sin dificultad. Y es que, además de trapío, lo que traía dentro no era del todo bueno. Profesionalidad y dar la cara fueron las cartas que con emoción y entrega pusieron a un público de acuerdo para que pidieran y pusieran las dos orejas en las manos de Galván.
En Madrid, el pasado día 11 de octubre los muchos paisanos que le acompañaron en su fuerte compromiso en la Feria de Otoño tampoco pudieron compartir su éxito cuando una ráfaga de viento le descubría y su antagonista aprovechaba para cogerlo de forma sobrecogedora. Inconsciente fue trasladado a la enfermería con pérdida de conciencia y posterior memoria, así como con un impresionante varezado de muslo a hombro. Su inmediato traslado al hospital y estancia varios días haría que se perdiera al día siguiente su festejo en Calanda donde había entrado en sustitución de David de Miranda. Afortunadamente, la milagrosa recuperación de estos superhombres le hacía anunciar cuatro días después que el sábado se pondría delante de un hermano de camada para cerrar con broche de oro la temporada europea y sumar otra puerta grande a la estadística.
Apenas unos días de descanso para sobrevolar el Atlántico y el 26 de este mes volver a pisar la vieja arena de Acho (Haacho, palabra en lenguaje aborigen quechua que significa “desde donde se ve el mar”). Allí, desde el 12 de octubre de 1946, tiene lugar la prestigiosa Feria del Señor de los Milagros donde los diestros actuantes se juegan el Escapulario de Oro, un premio que bien podría volar para España en el esportón del maestro David Galván. Es nuestro sincero deseo.