Martes, 21 de octubre 2025, 17:10

| Actualizado 17:31h.

El hombre que murió tras ser prensado por la maquinaria de un camión de basura en Castellón, Vicente D. G., empresario y exmarido de la actual alcaldesa de Almassora, estaba vivo cuando fue arrojado al contenedor de basura en la madrugada del pasado domingo tras recibir una paliza, al parecer, en su propio domicilio, según se desprenden de las primeras investigaciones.

La Policía investiga si la víctima, que dirigía una empresa de gestión y servicios informáticos, fue agredida en su vivienda por un ajuste de cuentas relacionado con un asunto de drogas. Tras los golpes que recibió, el hombre quedó inconsciente y el autor o los autores de la paliza lo arrojaron a un contenedor de basura situado a la altura del número 7 de la calle Pérez Galdós de la ciudad de Castellón.

Cuando uno de los operarios del servicio de recogida de residuos vio lo que parecía una pierna dentro del camión de basura, avisó de inmediato al conductor del vehículo para que detuviera el sistema de prensado, pero ya era demasiado tarde.

La víctima todavía tenía un hilo de vida y respiraba con mucha dificultad, por lo que llamaron a la Policía y al teléfono de emergencias 112 para que acudieran con urgencia los bomberos y una ambulancia. Eran las cinco de la madrugada del domingo. Pocos minutos después, la calle Pérez Galdós se llenó de vehículos de los servicios de emergencias, y un médico del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU) certificó el fallecimiento del hombre de 45 años.

Tras ser rescatado por los bomberos, que tuvieron que meterse dentro del camión de basura para sacar el cuerpo, los agentes de la Policía Científica y el forense de guardia examinaron el cadáver y apreciaron lesiones compatibles con puñetazos o golpes propinados con un objeto contundente.

Después del levantamiento del cuerpo y su traslado al Instituto de Medicina Legal de Castellón, la Policía realizó una minuciosa inspección en la vivienda donde residía la víctima, que se encuentra situada a escasos metros del contenedor donde apareció el cuerpo, según informa Las Provincias.

Muchos de los vecinos de la calle Pérez Galdós se enteraron del trágico suceso por los medios de comunicación. «Esta zona es muy tranquilla. La calle está muy oscura por las noches. Las ramas de los árboles tapan las farolas, y a esas horas (a las cinco de la madrugada del sábado al domingo) no creo que hubiera nadie por la calle», afirma una vecina.

«El sábado por la tarde y por la noche había mucha gente en el parque Ribalta por la actuación de Pitingo, pero a partir de la una de la madrugada empezaron a irse», añade la mujer.

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