Miércoles, 22 de octubre 2025, 08:50

| Actualizado 10:13h.

‘Mi verdadera historia’, la autobiofrafía de Isabel Preysler, ya está disponible. La socialité lanza este miércoles un libro en el que narra sin tapujos las vivencias más destacadas de su vida y sus relaciones amorosas. Julio Iglesias, Carlos Falcó, Miguel Boyer, Mario Vargas Llosa… Aparecen todos.

Desde la editorial Espasa aseguran que a través de esta obra, Preysler trata de «romper de una vez por todas con los falsos mitos que desde hace años circulan sobre ella». A través de sus páginas, el lector recorrerá su vida, desde su infancia en Filipinas hasta sus grandes amores. «Valiente, autocrítica, tolerante, divertida y, sobre todo, defensora a ultranza de la libertad individual». Así describe la editorial una de las autobiografías más esperadas. Y no solo en el mundo del cotilleo. Aseguran que en sus páginas «expone su manera de ser y de vivir, y relata los momentos decisivos que la han convertido en la mujer que es hoy».

En la autobiografía se pueden encontrar secretos hasta ahora no contados. Por ejemplo, que Isabel Preysler es sobrina del actor estadounidense Steve McQueen. Según cuenta, ella se enteró en el colegio del parentesco gracias a sus compañeras que, «muy ilusionadas», le dieron la noticia. «Mi abuela, una mujer profundamente religiosa, cumplió como madre ejemplar de sus nueve hijos. Me imagino que pasaría muchas noches en soledad, esperando la vuelta a casa de su marido. Y que se le rompería el corazón al escuchar los cotilleos sobre las historias extraconyugales de mi abuelo. Por ejemplo, la que mantuvo con Carmen Salvador, una bailarina con quien tuvo una hija, Neile Adams, que creció en Estados Unidos, donde fue actriz y se casó con Steve McQueen, ídolo en los años setenta», explica Preysler a la revista ‘Hola’, su medio de cabecera.

Otra de las confesiones de la ‘reina de los corazones’ es que durante su boda con Julio Iglesias fue un mar de lágrimas: «A los veinte años, recién estrenada mi independencia y mi libertad en el Madrid de los setenta, al que acababa de llegar y era para mí un mundo nuevo lleno de diversiones y aventuras, el matrimonio y la maternidad no entraban en mis planes. Sin embargo, yo estaba embarazada, Julio y yo íbamos a ser padres y en aquella época no existía otra posibilidad que la de celebrar esa boda precipitada».

Julio Iglesias e Isabel Preysler con sus hijos Chabeli y Julio José.

Julio Iglesias e Isabel Preysler con sus hijos Chabeli y Julio José.

Tras su matrimonio con Iglesias llegó Carlos Falcó. La nulidad matrimonial la consiguió en Brooklyn, en el tribunal de La Rota en Nueva York. «Los trámites allí eran mucho más fáciles y rápidos que en Roma. […] Mi madre, que era más papista que el Papa, no aceptó esa nulidad, porque había sido concedida en Estados Unidos», desvela. Por aquello estuvo cerca de dos años sin hablarse con su madre.

Con Falcó dio a luz a Tamara. «Fue un parto natural largo y difícil. (…) Mi suegra me intentaba despertar llamándome ‘Isabel, Isabel’…. Y yo lo único que quería era seguir durmiendo», recuerda de aquello. Tamara siempre fue amante de la moda. A los 8 años aprendió a coser en el taller de María Rosa Salvador.

Durante sus inicios con el exministro socialista Miguel Boyer, Preysler desvela que su amiga Carmen Martínez-Bordiú casi le arruina una «cena romántica» en París, donde la nieta de Franco residía por aquel entonces. Al parecer, según el relato de la socialité, Preysler nunca desveló con quién iba a cenar aquella noche y Martínez-Bordiú quería acompañarla a toda costa. Preysler entonces le dijo que iba a cenar «con unos socialistas» con el ánimo de espantarla, pero ella insistió en acudir con ella. Hasta que Isabel le especificó que la cita era «con un socialista».

«Nunca pensé que Miguel se fuera a morir tan pronto», asegura sobre su exmarido. Preysler no pudo despedirse de él. Falleció en la clínica Ruber a primera hora de la mañana. «En la UCI, fui hacia su cama y le susurré al oído que había llamado a las niñas y a sus hijos, que estaban de camino. El doctor se me acercó y me dijo que Miguel ya no podía escucharme, porque acababa de fallecer».

«Me besó en el ascensor»

Su último gran amor fue Mario Vargas Llosa. Con el Nobel de Literatura tuvo su primera cita un año después de la muerte de Boyer. Y aquel día se besaron por primera vez: «Era febrero, domingo y noche de Oscars; mi amiga Elena Benarroch tenía instalada una pantalla gigante en su casa para ver los premios… A la salida de la fiesta, me besó en el ascensor. Ahí empezó todo». Pero no tardó en llegar el primer golpe. En 2019 le diagnosticaron a Mario «un mieloma múltiple» y Preysler llamó a una de sus mejores amigas «llorando».

Isabel Preysler con Mario Vargas Llosa.

Isabel Preysler con Mario Vargas Llosa.

En el libro, Isabel se acuerda del periodista Eduardo Sánchez Junco, que fue determinante en su carrera, «por darme esa magnífica oportunidad que acepté a pesar del reto que suponía».

Reconoce que es una maniática de la limpieza: «Nunca se me olvida mi frasco para desinfectar la tapa del retrete, los lavabos, los grifos y el mando de la televisión, que es donde más gérmenes se acumulan». Entre sus virtudes se encuentra la de su elegancia. Pero durante sus embarazos también engordaba como cualquier mujer. «Antes de cumplir seis meses de embarazo ya había ganado dieciséis kilos. Desayunaba cinco o seis ‘pancakes’ con sirope y, algunas noches, llamaba al servicio de habitaciones y me tomaba otro plato», confiesa.

A diferencia de su hija Tamara y pese a lo que muchos puedan pensar, la moda «no es un tema del que entienda ni en el que esté especialmente interesada». «No siento la necesidad de seguir tendencias, sino que visto según mi criterio para sentirme favorecida y cómoda», asegura.

Preysler, en uno de sus últimos capítulos, desvela que también fue víctima de una encerrona con un empresario. «Me dijo ‘sueño contigo y por eso conozco cada poro de tu cuerpo’», asegura. Ella se quedó «petrificada» y «le dije que lo sentía muchísimo pero que me tenía que marchar».

Julio Iglesias, amor e infidelidades

A la pregunta de si volvería a casarse, Isabel responde que sí. Que lo haría con Julio Iglesias: «Fue mi primer marido. A su lado viví momentos muy felices e inolvidables y salí, para siempre, de la adolescencia y la inmadurez. Ese amor con el paso de los años se ha ido transformando en admiración y cariño mutuo y nuestros tres hijos nos han mantenido y nos mantendrán unidos. Si algún día nos necesitamos, nos tendremos el uno al otro».

Pero también tiene malos recuerdos de su primer matrimonio. Por ejemplo, las infidelidades de Julio son difíciles de olvidar. «Le conté lo que sabía, y aunque aún mantenía la esperanza de que él me lo negara todo y que me dijera que no hiciera caso de habladurías… no fue así. Entre nosotros se instaló un silencio incómodo por unos segundos. Después, me miró, bajó la vista y me reconoció que todo era verdad. Me quedé sin fuerzas y sin voz. Esa noche ya no durmió en casa», desvela la Preysler en su revista de cabecera. Ese fue el momento de la ruptura.

La ‘reina de los corazones’ asegura que para «complacer» a Julio «me olvidé de mí y me convertí en su ideal de mujer». Aun así, no culpa del fracaso del matrimonio al cantante: «Julio no tenía más remedio que viajar y pasar mucho tiempo fuera de casa porque ya empezaba a ser el cantante importantísimo en el que se convirtió luego. Y yo me sentía encerrada, sola y obligada a tomar decisiones».

Cuando se separaron Iglesias aún no había terminado la canción ‘De niña a mujer’. Siempre se creyó que iba dedicada a su primogénita Chábeli pero, según Isabel Preysler, iba dirigida a ella: «Me dijo que me la dedicaba a mí. Pero la terminó después de separarnos, se la dedicó a mi hija y a mí me pareció perfecto que lo hiciera». Sobre los hijos que tiene en común con el cantante, también se muestra crítica con Julio. «No se portó con Enrique como un padre debería haber hecho», reconoce aludiendo a que Julio no le apoyó en su carrera musical. «Le dolió profundamente a Enrique, y resultó ser, para mí, una fuente de disgustos y tristezas».

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