El Madrid de Scariolo no carbura y, ante el Maccabi, sumó su segunda derrota consecutiva en la Euroliga (92-91), la tercera en seis encuentros. Solo Hezonja, Lyles y Garuba dieron la talla en un grupo que, por momentos, ejecutó … una defensa horrorosa, un escenario perfecto para que Walker (27 puntos), se luciese a su antojo. Pese a todo, los blancos remaron de lo lindo y, a falta de cuatro segundos, tenían una ventaja de dos tantos. Una felicidad que reventó Blatt con un triple espectacular, daga que genera la primera herida reseñable a los merengues en esta campaña.

  • Maccabi de Tel Aviv
    Blatt (12), Walker (27), Brissett (18), Hoard (2), Sorkin (21); Clark (2), Santos (1), Dowtin (0), Leaf (9), Rayman (0).
  • Real Madrid
    Maledon (11), Abalde (0), Hezonja (24), Lyles (16), Tavares (6); Kramer (3), Campazzo (14), Okeke (3), Deck (2), Garuba (12), Almansa (0).
  • Árbitros
    Damir Javor (Eslovenia), Milan Nedovic (Eslovenia) y Uros Obrknezevic (Serbia). Descalificaron a Tavares y a Kramer del Madrid y Hoard del Maccabi por acumular cinco faltas personales.

Desde el inicio, les costó digerir al Madrid el clásico anarquismo que el Maccabi propone desde hace años en la Euroliga y, gracias al acierto de Blatt y Walker, los israelíes se llevaron la primera ventaja de la noche. En el bando blanco era Hezonja el más entonado, fantástico el croata a la hora de deshacer la débil defensa local con sus potentes penetraciones. La ecuación del balcánico fue enriquecida por los puntos de Lyles y por la inagotable intensidad de Garuba, al alza el internacional español en los últimos compromisos. Un par de aciertos de Sorkin no fueron suficientes para equilibrar la balanza y, después de un triple de Okeke sobre la bocina, el Madrid comenzó a distanciarse (27-17).

No paraban de crecer los de Scariolo y no paraba de crecer Garuba, en busca el madrileño de una mayor incidencia en la rotación del italiano, más si se tiene en cuenta que, como apuntan los rumores, Bruno Fernando podría abandonar el equipo en las próximas horas. Lo cierto es que cuando el español abandonó la pista, la defensa madridista se desplomó, un escenario perfecto para un tiburón como Walker. El estadounidense comandó un parcial espectacular con 11 puntos consecutivos y, en un santiamén, el Maccabi se puso por delante en el marcador.

Cuando el barco hacía aguas, Hezonja volvió al rescate de los suyos. El talento del alero es capaz de recomponer cualquier siniestro, aunque el problema merengue era colectivo, muy pobre su defensa, escasos sus esfuerzos a la hora de correr para proteger su aro. Los contrataques del Maccabi infligían demasiado daño y una nueva tormenta de Walker, autor de dos triples en los últimos segundos, metió en un buen problema al Madrid antes del descanso (57-48).

Tras el paso por los vestuarios, la frustración visitante fue a más. El Madrid se cargó de faltas mientras que el Maccabi se mostraba envalentonado, decidido a endosarle una buena estocada a un gigante adormilado. Solo Hezonja permitió reducir la distancia hasta seis puntos, buenas noticias sepultadas por una defensa sencillamente horrorosa. Los jugadores hebreos anotaban sin oposición, corrían la cancha a su placer y, cuando tenían oportunidad, sumaban de tres en tres sin pestañear. Al fin, Garuba volvió a pista, necesitado pegamento que provocó un buen parcial blanco. Los visitantes tenían una última oportunidad para evitar la derrota (76-74).

Estaban muy cerca los blancos de la remontada pese a que Sorkin, bajo el aro, se imponía con regularidad. Los libres no entraban, Walker seguía a lo suyo y Tavares fue expulsado tras sumar su quinta personal. Cuando todo parecía perdido, un rayo de luz entró de lleno en el pabellón. Campazzo, con un triple milagroso, puso a los suyos a un solo punto. Lyles, con dos libres, firmó el empate. El argentino repitió desde la línea de personal pero Blatt, con un disparo de tres inconmensurable, devolvió el liderato al Maccabi a falta de cuatro segundos. El Madrid falló en la réplica y la derrota fue inevitable.