El pasado 17 de octubre, el Espacio H de HERALDO se llenó de risas, curiosidad y entusiasmo. Niños y familias disfrutaron de ‘La ardilla poeta y su pandilla secreta’, en una sesión de cuentaversos conducida por la propia autora, Pilimar Aguilar. Herón, Alicia, Irene, Victoria, Juan, Martín y Julia, entre otros, participaron en este encuentro en el que ayudaron y jugaron sin bajar el ritmo.
Pilimar explicó la esencia del libro: «Es para toda la familia, para compartir la ilusión del aprendizaje de la lectura por primera vez, para descubrir la alegría de tener amigos, de pertenecer a un grupo y de compartir».
Sus amigos en una maleta
La protagonista de esta historia viaja con su maleta secreta, llena de peluches que representan distintas emociones: la jirafa pequeñaja, la rata pirata, el león gruñón, la rana en pijama o el oso amoroso. Cada uno de ellos enseña a los niños valores como la ternura, la empatía y la diversidad a través de la poesía que, tal y como consideró, «transmite el ritmo, la alegría y la escucha como pilares fundamentales de la vida».
Así, entre versos, colores, asombro, mariposas y juegos, los niños se sumergieron en el mundo de esta ardilla, descubriendo emociones con sus familias y aprendiendo a leer con alegría. La actividad se desarrolló en tres partes. Primero, se presentó este libro y dos anteriores, como ‘La ardilla poeta y su libro de recetas’ y ‘La ardilla poeta y el futuro del planeta’.
Tras la lectura y presentación de los personajes, llegó la música con el rap de las hormigas, que los pequeños siguieron con soltura antes de construir su propia maleta de papel como recuerdo de un divertido encuentro con juegos, lectura y amigos.
En esta tarde de algarabía, la autora recordó su etapa de profesora y destacó la importancia de compartir estos momentos: «Leer con un niño es lo más grande que se puede hacer en la vida. Es darle lo mejor de ti: curiosidad, ternura y deseo de aprender».
Tampoco faltaron en Espacio H los versos, improvisados, las risas atrevidas y los trazos de XCAR Malavida. Y es que, durante «esta fiesta de la lectura», la creatividad y los valores de amistad y empatía se dieron la mano para ser transmitidos a todo el público. Como resumió Pilimar, «al final, la meta de todo escritor es leer con ellos, para ellos, junto a ellos, por ellos y desde ellos».
Así, la ardilla poeta y su pandilla secreta lograron que cada niño se sintiera protagonista y que la magia de la lectura siguiera viva en cada verso y sonrisa.