Marina Yers se ha hecho viral en multitud de ocasiones. Una de ellas fue cuando, por ejemplo, aseguró que el agua mineral deshidrata; negó el covid en plena pandemia, dijo que le encantaba vomitar y hasta 2023 tenía abierta una cuenta de OnlyFans. … En 2024 reapareció tras un tiempo ajena a las redes sociales y admitió en una entrevista que tuvo «tres brotes psicóticos y dos hospitalizaciones» tras consumir marihuana y sustancias alucinógenas, entre las que incluía la ayahuasca, y que estuvo ingresada en un centro psiquiátrico.

«Cuando salí después de estar seis meses en el hospital psiquiátrico me dieron el móvil y me di cuenta de que la industria, incluso a los que les había abierto las puertas de mi casa… desaparecieron. Ninguno me preguntó cómo estaba ni qué me había pasado. Algunos incluso se alegraron», explicaba en una entrevista con ‘El Mundo’.

Tras aquella experiencia, la vida de Marina cambió. Rompió con la pareja con la que estaba, se mudó a Bali, donde vive ahora y donde dice que se ha convertido al islam. Una experiencia que desveló hace tiempo encontrándose con mucho odio en los comentarios, y que desde entonces ha ido camuflando para evitar el odio, aunque no siempre era así. «Ya no salgo medio desnuda en Instagram para gustarle a otros y parece que a algunos les molesta», decía en una publicación de septiembre en la que se puede encontrar muchísimo apoyo en los comentarios.

Pese a eso, ha decidido abrirse un nuevo perfil, con un nuevo nombre, en donde publica contenido en inglés sobre su supuesta conversión. Su nueva cuenta se llama @nurcutr, y lleva publicando vídeos desde el pasado mes de marzo. En la primera publicación asegura que hace dos años que se convirtió al islam, aunque en su cuenta de Instagram se muestra vestida a la manera europea. Sin embargo, sí que se ha notado el cambio en su ropa e incluso ha compartido con sus seguidores de siempre que regala su ropa más atrevida para empezar en el último año a lucir cosas más recatadas.

En uno de los vídeos que ha compartido en esta nueva cuenta, en donde aparece en la mayoría de los vídeos luciendo hiyab (velo que cubre la cabeza y el cuello) asegura que solo se cubre cuando sale de casa sin su marido. Su pareja es Jonathan Garcia, también creador de contenido especializado en inversión que dejó de publicar en Instagram para centrarse en su empresa. Sin embargo, hace solo unas semanas publicó por primera vez desde diciembre del pasado año admitiendo que había sido un error: «Mi socia y pareja me dijo: ‘Ya no eres CEO, eres una niñera de adultos’», revela haciendo referencia a Marina.

Ya en 2023, Marina Yers se mostró por primera vez con hiyab y se hizo viral. Como no volvió a enseñarlo muchos de sus seguidores asumieron que había cambiado de parecer, pero no fue así. En el último vídeo que ha compartido, que tiene más de 100.000 visualizaciones, admite que se sentía «totalmente desconectada de mi audiencia», aunque sigue publicando en su perfil habitual. Donde, de hecho, ha compartido su nuevo corte de pelo hace menos de 24 horas.

«Dijeron que me había vuelto loca: ‘¡Está en una secta!’, dijeron; ‘¡Ha perdido la cabeza!’, dijeron también. Dejadme ser clara: no he perdido la cabeza, he encontrado a Dios. Pero no he llevado el hiyab desde entonces, no porque no quisiera sino porque el odio hacia mí ha sido tan fuerte, tan cansado…», expresa. «Quiero que la gente entienda que la fe no es debilidad, es fortaleza. Elegir a Dios no te hace una loca, te hace libre. Y si eres una mujer musulmana que alguna vez se ha sentido atacada, ignorada o silenciada por sus valores, créeme, te veo y estoy contigo», añade.