El balonmano es un deporte Olímpico, en la modalidad de balonmano a 7 tal como ahora los conocemos, lleva jugándose desde los Juegos Olímpicos de Múnich 72. Ahora mismo se encuentra en una etapa de gran crecimiento en todo el Mundo, países emergentes como Brasil, Argentina, Japón o Egipto han puesto sus ojos en él y han tenido un crecimiento considerable en los últimos años, plantándole cara a los grandes clásicos europeos.
En Francia o Alemania la liga es un fenómeno deportivo de primer orden, con miles de espectadores en cada partido y la atención prioritaria de los medios de comunicación. En España ahora nos encontramos en un momento de crecimiento de nuestras primeras ligas tanto masculinas como femeninas después de la crisis económica que arrasó con la liga Asobal. Los éxitos de los Hispanos y las Guerreas han mantenido vivo el hilo de nuestro deporte con el gran público, pero nuestros mejores jugadores y jugadoras han cogido el camino de la emigración.
El éxito del balonmano como vehículo de educación en la escuela en todo el mundo, se debe a que nuestro deporte tiene unos valores muy apreciados en cualquier sociedad, el esfuerzo, la lucha noble, la solidaridad, la preponderancia del grupo sobre el individualismo, los lazos humanos que se construyen sobre el espíritu del equipo. De la misma manera el entorno, padres, público, medios de comunicación saben que esos son los valores y no está bien visto no seguirlos, no se admiten malos gestos, celebraciones estrafalarias, recriminaciones a compañeros, agresividad mal entendida o violencia de ningún tipo contra los árbitros.
El balonmano en la Cuenca, pujante durante años y cuna de pioneras y pioneros legendarios, se difuminó también con la crisis económica, la desaparición de la industria y en consecuencia la disminución alarmante de la natalidad y de la población infantil.
Ahora Pola de Laviana está emergiendo después de años, con la mejora de las comunicaciones y una buena calidad de vida que ha vuelto a traer los escolares a los patios de colegios. En la escuela el balonmano es perfecto como elemento integrador, es muy difícil que una persona que haya practicado balonmano no esté integrada socialmente y para una sociedad en la que encontramos jóvenes de todas las procedencias no puede haber mejor elemento de integración. Necesitamos que nuestros jóvenes tengan hábitos saludables, se alejen, aunque sea por unas horas de los dispositivos y hagan amistades cara a cara, no a través de medios electrónicos, para todo ello la cancha de balonmano es el sitio perfecto.
Por eso tenemos la gran esperanza de que esa semilla que recientemente plantamos en las pistas de Pola de Laviana germine y más escolares se sumen. La calidad de vida de un pueblo con un número considerable de habitantes mejoraría mucho si los niños y niñas tuviesen una oferta realmente plural de actividades que acompañe su formación. El balonmano es perfecto porque además se adecua mucho al carácter asturiano y a nuestras condiciones físicas. Tenemos la esperanza puesta en el resurgir del balonmano y como dijo Walt Disney: “Si puedes soñarlo, puedes hacerlo”.
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