Asturias pierde a una de sus grandes valedoras. Pilar González del Valle y García de la Peña, marquesa de la Vega de Anzo, una mujer «ejemplar, elegante y sonriente» que contribuyó toda su vida a «defender» la tauromaquia, en especial la feria de Begoña, falleció en la madrugada de ayer provocando un profundo pesar en todos quienes conocieron y disfrutaron de una persona buena, cariñosa e instructiva que se mantuvo muy activa hasta el final.
Nacida en San Sebastián, lugar de veraneo de la familia, se crió entre Madrid y Extremadura, pero siempre hizo gala de su asturianía, de sus raíces, pues disfrutaba de largas temporadas tanto en Gijón como en Grado, donde el pasado julio el Club Deportivo Mosconia le rindió un cariñoso homenaje por la contribución de su familia a la construcción del campo de fútbol,que lleva el nombre familiar. «Siempre llevó consigo en todas sus actividades por el territorio nacional su relación con Grado», señalaban en la Corporación moscona.

Pilar González del Valle, recibiendo de manos del alcalde de Grado, José Luis Trabanco, la placa en nombre del Mosconia y del Ayuntamiento, en el homenaje del pasado mes de julio.
González del Valle, embajadora de la tauromaquia asturiana, era bisnieta de Emilio Martín González del Valle y Carbajal, primer marqués de la Vega de Anzo desde 1889. Nieta de Martín González del Valle y Fernández Miranda, e hija de José María González del Valle y Herrero. Pili, como cariñosamente la conocían sus allegados, heredó el título nobiliario en 1992 de su padre, el ovetense José María González del Valle Herrero. Eran cinco hermanas: Paloma, Ana, María José y Belén. Estudió en el colegio de las Irlandesas en Madrid, pero disfrutaba de sus vacaciones a caballo entre Grado y la finca extremeña de Almendralejo, donde su familia materna criaba reses bravas. También pasó temporadas en Francia e Inglaterra para aprender sendos idiomas, estudió secretariado de dirección y se casó a los 19 años. Viuda de Rafael Ureña Francés, fue madre de dos hijos, María y José María.
En ella siempre encontré un apoyo incondicional y en tiempos difíciles siguió remando con todos para que su Feria de Begoña volviera a ser una realidad
González del Valle siempre llevó a gala su afición taurina, formando parte de la peña Las Majas de Goya o los José y Juan (por Joselito y Belmonte), colectivo del que fue la primera mujer presidenta. Integrante del jurado de los Premios Mayte, llevaba años formando parte del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, era una habitual del callejón de Las Ventas y abonada del coso de la calle de Alcalá, donde heredó el palco 9 que había pertenecido en su día a Juan Belmonte, José María de Cossío o Domingo Ortega. Además de Madrid, Bilbao y, sobre todo Gijón, eran las plazas que ocupaban su corazón. «Estoy profundamente apenado. En ella siempre encontré un apoyo incondicional y en tiempos difíciles siguió remando con todos para que su Feria de Begoña volviera a ser una realidad. La echaremos mucho de menos todos los veranos en Gijón», lamentaba ayer el empresario de El Bibio, Carlos Zúñiga.
La Marquesa, que dio el pregón de la feria de Begoña en 2023, organizado por la peña Miguel Ángel Perera, siempre cumplió con su cita en el coso de la carretera de Villaviciosa. «Quiero agradecer a la Alcaldesa, Carmen Moriyón, por restablecer los toros en Gijón, que ya lo podía hacer Oviedo también, porque fue uno de los primeros sitios en donde hubo corridas. Gracias a los toros y el impulso que dan al turismo, Gijón tiene una repercusión enorme», confesaba la propia Pilar González del Valle el pasado mes de agosto en una entrevista a LA NUEVA ESPAÑA.
De Bienvenida a Morante
Entre sus toreros, de hoy y de ayer, según propia confesión en estas mismas páginas, destacaba a quienes dieron importante a «la edad de plata del toreo». Su predilecto, Antonio Bienvenida, pero también Paco Camino, El Viti, Niño de la Capea, El Cordobés…Eso sí, sin olvidar a Morante de la Puebla. «Ese hombre es irrepetible. No me importa decirlo, me voy a mojar: es el torero más importante de la historia. Qué exagerada, dirán. No. Después de ver 40.000 corridas, ver toreros antiguos… Y luego ver a Morante… Es lo más», dejó dicho el pasado agosto a la puerta de El Bibio. Pili, como miles de aficionados, disfrutó en Las Ventas el pasado 12 de octubre de la histórica tarde en el que el maestro cigarrero se quitó la coleta tras una temporada para el recuerdo.
«Siempre la recordaré, con su sonrisa y elegancia, deseando suerte a los toreros en el patio de cuadrillas»
La dedicación de la Marquesa a los toros en Asturias motivó ayer el profundo lamento de muchos aficionados. «Era una gran aficionada, una persona ejemplar y un referente en el mundo taurino. Colaboró en múltiples ocasiones y apoyó a la afición de Gijón en todo momento, aún en situaciones difíciles como cuando desde el Ayuntamiento quitaron los toros», destacaba Maritina Medio, presidenta de la Federación Taurina del Principado de Asturias y de la peña Miguel Ángel Perera. «Era una enamorada de la Fiesta Nacional y de nuestra plaza de toros, disfrutaba con pasión cada tarde. Siempre la recordaré, con su sonrisa y elegancia, deseando suerte a los toreros en el patio de cuadrillas», aportó, por su parte, Carlos González Tirador, presidente de las corridas de toros en El Bibio. «Su amor y sentimiento por la feria taurina de Gijón se repitió año tras año era una persona admirada y querida por toda la familia que reúne a la fiesta. Amiga de sus amigos y la mejor aficionada a la tauromaquia que la peña taurina Cocheras haya conocido», señaló, muy apenado, Aquilino Tuya.
El propio Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, la Fundación Toro de Lidia o la Real Unión de Ganaderías de Toros de Lidia se sumaron, al igual que buena parte del sector taurino, a los pésames a la familia. También, a través de las redes sociales, los responsables de la plaza de Las Ventas.
Misa en Tres Cantos
Más allá de los toros, González del Valle también trabajó con esmero en prácticas altruistas. Colaboró activamente con ONG importantes, como Nuevo Futuro, y siempre estuvo pendiente del concejo de sus raíces: Grado.
«Tanto ella como el resto de la familia han venido apoyando las actividades del Ayuntamiento y de diversas asociaciones y clubes moscones. Por todo ello, los miembros de la Corporación quieren dejar constancia de su labor en beneficio del concejo de Grado y dar el pésame a sus familiares», destacaron los representantes de los grupos de IU, PP Y PSOE del Ayuntamiento de Grado.
Los restos mortales de Pilar González del Valle fueron trasladados ayer el tanatorio de Tres Cantos, en Madrid, donde la familia recibió numerosas muestras de cariño. Sobre las ocho de la tarde se celebró una emotiva misa en su recuerdo, antes de que sus restos mortales fuesen incinerados. Muchos son los amigos que deja en Asturias y que esperan poder despedir y rendir homenaje a quien toda su vida hizo gala de su asturianía y fue la mejor embajadora de la feria taurina de Begoña.
Extraordinaria y libre
Si algo significó para mí Pilar González del Valle, fue amistad. Amistad sobre todas las cosas.
Si algo significó la Marquesa de la Vega de Anzo para Gijón, fue alegría. Alegría genuina; alegría de verdad.
Se ha ido Pilar, y en la consternación de quienes la quisimos brilla el recuerdo de ese Gijón libre, orgulloso y desacomplejado que la Marquesa siempre proyectó y contribuyó a forjar.
Nuestra ciudad tenía para ella todo lo que tienen las cosas buenas, las cosas que se cuidan de verdad. Pilar González del Valle encontró en Gijón un verano eternamente joven y el cariño de un grupo de amigos inabarcable que ella siempre hizo sentir familia.
La Marquesa de la Vega de Anzo era elegancia y generosidad, un caos emocionante con una capacidad innata para entender momentos y generar emociones. Allí donde estuviera, hablaba de Gijón y de la Feria de Begoña. Una feria que siempre valoró y supo cuidar como nadie.
Como Alcaldesa, puedo decir que cada vez que Gijón la necesitó, Pilar González del Valle estuvo y supo estar. Valiente cuando había que serlo, suya es buena parte de la culpa de que hoy Gijón presuma de una plaza de toros centenaria. Allí, en el coso de la carretera de Villaviciosa, en esa plaza de El Bibio en la que siempre encontró resguardo, Pilar deja un vacío imposible de llenar. Hay formas de torear que no se vuelven a ver y aficionados que no se repiten.
El paso de Pilar por esta vida fue el de una buena verónica. Pausada pero enérgica, vertiginosa pero disfrutable; genuinamente emocionante.
Gijón perdió hoy a una de sus grandes valedoras, a una mujer buena, extraordinaria y libre.
Sus amigos hemos perdido algo más.
Sirvan estas palabras como el mayor de los pésames a su familia.
Carmen Moriyón Entrialgo
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