Entra Ilia Topuria una mañana de otoño, con las primeras lluvias cayendo sobre Madrid, a paso ligero y con una sonrisa en el Hotel Fénix a Gran Meliá y parece que todo se ilumina. No es alto (1,70 aproximadamente). Vestido con una discreta cazadora, tampoco destaca especialmente entre ejecutivos que mantienen reuniones bajo la cúpula acristalada y turistas dispuestos a descubrir los rincones de la capital. Pero varios giran su cabeza al verle y cuchichean. Sí, es él. El luchador que ha puesto en el mapa a la UFC en España (porque fuera ya lo estaba desde hace tiempo). El doble campeón, del pluma y del ligero, que con tres KO’s que hicieron caer como fichas de dominó a Alexander Volkanovski, Max Holloway y Charles Oliveira ocupó la cima proclamándose número uno libra por libra. Pasando de casi 0 a 100 en menos de dos años. Un fenómeno que camina a la velocidad de la luz.
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El Hotel Fénix, en un lejano 1965, alojó a los Beatles en su primera visita a España para dar un concierto en Las Ventas. Una vitrina detrás de Topuria, mientras realiza la entrevista, da testimonio con fotos de los cuatro revolucionarios de Liverpool que ilusionaron a la juventud. Y ‘El Matador’ es, ahora, como un Beatle para la Generación Z, nativos digitales que a través de las redes se han empapado de las andanzas de Ilia y lo han adoptado como uno de sus ídolos. Topuria es para muchos su libro de autoayuda (la frase “yo lo soñé” ya se ha convertido en un clásico). Un chico modesto, llegado de Georgia que a base de mucho trabajo, porque no hay que quedarse sólo con los highlights de sus combates, ha tirado todas las puertas. Hay muchos deportistas geniales, pero no tantos a los que otros citen como inspiración o ejemplo. Él está en esa categoría. Un ‘Quinto Beatle’ en el siglo XXI.
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