El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha vuelto a dirigirse en inglés al expresidente estadounidense Donald Trump para pedir que no se desate una guerra entre ambos países. “No crazy war, please”, dijo durante un acto con sindicatos afines al chavismo celebrado este jueves en Caracas, en medio de un clima de creciente tensión militar entre Venezuela y Estados Unidos.

El mandatario aprovechó el encuentro para denunciar lo que considera una “amenaza de invasión” tras las operaciones estadounidenses en el Caribe, que el Gobierno venezolano interpreta como un intento de “asedio” y de “cambio de régimen” para apoderarse del petróleo nacional. “Venezuela quiere paz”, afirmó antes de repetir, en tono solemne y luego con cierta ironía, su mensaje en inglés: “Yes peace, yes peace, forever, peace forever. No crazy war, no a la guerra loca, no crazy war”.

En un momento posterior, Maduro bromeó sobre su propio inglés: “Esto se llama lenguaje tarzaneado. Si se traduce en español tipo Tarzán sería: no guerra, no querer guerra, no a la guerra de los locos, no a la locura de la guerra”, dijo entre risas, restando dramatismo a unas declaraciones que, sin embargo, se producen en un contexto de tensión creciente con Washington.

La Administración estadounidense ha confirmado recientemente la realización de operaciones encubiertas en el Caribe contra embarcaciones sospechosas de traficar armas y drogas desde Venezuela. Caracas sostiene que esas maniobras forman parte de una estrategia de presión militar impulsada por Trump y dirigidas a desestabilizar al Gobierno venezolano. “Buscan una guerra para quedarse con nuestro petróleo”, aseguró el mandatario durante su intervención.

Como respuesta, Maduro ordenó la madrugada del jueves el despliegue de ejercicios militares en 73 puntos de la costa venezolana, con el objetivo —según dijo— de reforzar la defensa del país ante “cualquier intento de agresión externa”. El presidente añadió que en estas maniobras se ha probado material bélico adquirido a Rusia y China. “Gracias al presidente (Vladimir) Putin, gracias a Rusia, gracias a China y gracias a muchos amigos en el mundo, Venezuela tiene un equipamiento para garantizar la paz”, señaló.

El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, respaldó esa postura al acusar públicamente a la CIA de operar dentro del territorio venezolano. “Sabemos que la CIA está presente no solamente en Venezuela, sino en todas partes del mundo. Podrán meter no sé cuántos cuerpos adscritos a la CIA desde cualquier flanco de la nación, pero cualquier intento fracasará”, advirtió.

En los últimos meses, Maduro ha insistido en la necesidad de retomar el diálogo con Estados Unidos pese a la ruptura de relaciones diplomáticas y al endurecimiento de las sanciones económicas. Según fuentes diplomáticas, el régimen venezolano ha intentado en varias ocasiones negociar una transición política, pero esos contactos no han prosperado.

El gesto de este jueves encaja en esa doble estrategia: desafiar la presión exterior mientras se lanza un mensaje de aparente conciliación. Con su “No crazy war, please”, Maduro intenta proyectar una imagen de líder que rechaza el conflicto, aunque siga rodeándose de símbolos militares y del apoyo de Moscú y Pekín. En el tablero venezolano, entre ejercicios navales y discursos en inglés improvisado, la distancia entre la retórica de paz y la realidad del enfrentamiento sigue siendo cada vez más corta.