Se trata de un subanálisis del estudio GENAMI-Prevention (Gender differences in prevention strategies and therapeutic adherence after acute myocardial infarction), en el que han participado 20 hospitales españoles incluyendo a más de 500 pacientes jóvenes con infarto agudo de miocardio y enfermedad coronaria obstructiva.
“Los pacientes con cardiopatía isquémica precoz presentaron diferencias clínicas relevantes frente a aquellos con debut más tardío. Presentaban menor prevalencia de hipertensión y diabetes, pero mayor prevalencia de tabaquismo activo e hipercolesterolemia, así como de antecedentes familiares de enfermedad coronaria”, explica el Dr. Héctor Bueno, firmante del estudio y cardiólogo en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.
En concreto, el 47,4% de los pacientes con infarto precoz tenían hipertensión frente al 66,6% de aquellos que sufrieron el infarto a una edad más avanzada. Lo mismo sucede con la diabetes: solo el 18,4% de los pacientes con infarto precoz la padecían frente al 34,8% de quienes sufrieron un infarto más tardío.
Sin embargo, tenían hábitos más perjudiciales, como un mayor porcentaje de fumadores activos (60% frente al 29%), y presentaban con más frecuencia antecedentes familiares de enfermedad coronaria (17,8% frente al 11,2%) e hipercolesterolemia o colesterol alto (13,6% frente al 7,8%).
En cuanto al tratamiento, se realizaron más estudios invasivos del corazón (coronariografías) en el grupo joven y recibieron más frecuentemente medicamentos más potentes para prevenir la formación de coágulos sanguíneos, aunque el uso de aspirina, estatinas y fármacos para la insuficiencia cardiaca fue similar en ambos grupos.
“Estos resultados subrayan la importancia de identificar y manejar los factores de riesgo específicos en pacientes jóvenes con infarto, especialmente el tabaquismo y el colesterol, para mejorar su pronóstico y calidad de vida”, valora el Dr. Héctor Bueno.
Estudio GENAMI-Prevention
Este subanálisis se ha llevado a cabo con datos del estudio GENAMI-Prevention, cuyo objetivo era explorar qué factores específicos de género estaban presentes en las mujeres con infarto agudo de miocardio, si podrían explicar alguna de las diferencias entre hombres y mujeres en la atención al infarto y, el principal, si estos aspectos relacionados con el género influyen en la adherencia de las pacientes a las medidas de prevención secundaria (farmacológicas y no farmacológicas) durante el año posterior al infarto.
“Este estudio refuerza la noción de que los factores de riesgo específicos de las mujeres, que generalmente no se recogen en la historia clínica cardiológica, son altamente prevalentes, al igual que otros factores relacionados con el género, que tienen influencia en el desarrollo de la enfermedad, en la calidad de la atención y los resultados”, asegura el Dr. Héctor Bueno.